Discusión y más discusión

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...

—¿D-De qué hablas?— tartamudeó Tom, aunque ella no podía creerlo, había tartamudeado.

—No trates de hacerme ver como la paranoica aquí, ambos sabemos que no viste el cadáver de aquella bruja que había descubierto tus planes— Tom la miró con los ojos abiertos como platos, sin saber qué decir para defenderse.

—Neela, ya te había dicho mis planes, es más, tú me estabas ayudando...

—Eso era antes.

—¿Antes de qué?— preguntó confundido, porque hasta donde él sabía, su relación seguía igual.

—Antes de darme cuenta que lo único que te importa en este mundo, eres tú— repuso, haciéndolo fruncir el ceño, parándose de la cama empezando a enojarse, y Neela imitó su acción, guardando la varita de Abraxas, que éste había olvidado, en el cajón.

—¿Sólo me importo yo?— cuestionó en voz alta, sin obtener respuesta alguna de la rubia —Yo no soy a quien la sociedad mágica perseguiría si supieran de mi naturaleza— apesar de que Neela no quería creerlo, era cierto, muy posiblemente el ministerio tenía sus ojos puestos en ella desde muy pequeña.

—¿Acaso ser un mago tenebroso es poca cosa?— dijo sarcástica, tratando de fingir una sonrisa —Querer dominar el mundo mágico y tener a los nacidos de muggles y muggles a tus pies. Admítelo, sólo te juntaste conmigo para que te ayudara a adquirir poder.

—Tú no lo entiendes, no lo ves como yo— Neela puso los ojos en blanco, irritada por las ideas de el pelinegro frente a ella.

—Pues entonces explícamelo, por favor— Tom tragó saliva tratando de componer su postura, carraspeando antes de contestar.

—El poder es una llave que te abre muchas puertas, si no es que todas, y con ése poder podré darte lo que te mereces, cumpliría tus sueños, gobernaríamos el mundo mágico juntos, lo tendrías todo— Neela lo miró con los ojos vidriosos, sabiendo lo que le iba a responder sólo pidiendo fuerzas para no ceder al dolor que su corazón sentía.

—¿Todo?— Riddle asintió pensando que su novia estaba comprendiendo, pero se equivocó —Yo ya lo tenía todo— dijo mirándolo fijamente, sintiendo como una lágrima traicionera se escurría por su mejilla, la cual limpio rápidamente ya que no quería demostrarle a Tom lo mucho que le afectaba todo eso.

—Neela...— murmuró caminando hacia ella para abrazarla, pero ella dio un paso atrás, y para tomar fuerzas recordó todas las veces que le había mentido, cada una de las noches que la hizo sentir mal por querer hacer lo correcto, como la rechazaba al principio y el hecho de que ocultaba algo junto con su madre.

—Vete— pidió sin mirarlo a la cara, ya que sabía que sí veía esos ojos oscuros que tanto la fascinaban, la poca valentía que tenía se esfumaría, ya que ver a Tom en aquel estado era tan raro como ver a un dragón libre en el aire —Ya hiciste suficiente.

El pelinegro la observó por última vez, con un nudo horrible en la garganta y un hoyo en el estómago, odiaba cuando la gente lo rechazaba porque lo hacía sentir inferior, débil y común, pero ésta vez, a diferencia de otras, que sólo quería asesinar a quien lo desdeñó, sólo quería... ¿Llorar?.

Cuando Neela levantó la mirada, se encontró con que Tom ya no estaba ahí, y dejó su pregunta de a quién había asesinado para lograr hacer ese Horrocrux, de lado, sentándose en el suelo, recargando su espalda contra la pared mientras lloraba.

Sabía que Abraxas llegaría en cualquier momento por su varita, pero no le importaba, sería peor si se guardaba su dolor, porque con el más mínimo cambio de emoción explotaría y alguien resultaría herido.

Enamorada De Tom Riddle [Tom Riddle y Tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora