Clases de Legeremancia

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...

—Verás, Tom— empezó dando vuelta al libro de hechizos hasta llegar al que decía 'Legeremens' —Hay magos que necesitan de éste hechizo para ver los pensamientos de las personas, pero hay otros más hábiles que lo pueden hacer sin uso de ésto. Yo, desde niña, lo pude hacer sin practicarlo.

El pelinegro la veía fijamente, contendiendo su impulso de escribir todo lo que le decía para no parecer un niño inexperto en el tema (lo cual era).

—Así que empezaremos por lo fácil, toma tu varita y trata de adentrarte en mis pensamientos— al oír ésto, Tom la miró sorprendido, negándose para evitar hacerle algún daño —Tranquilo, te lo pondré fácil.

Viéndolo ahora como un reto, tomó su varita con una sonrisa de lado mientras daban vueltas en la sala de menesteres que se había adaptado a una sala de práctica.

¡Legeremens!— dijo él de repente sin siquiera contar, para tomar ventaja, pero aún así, no pudo hacer nada.

—¿Es todo lo que tienes?— preguntó, "Legeremens", volvió a gritar apuntando a ella con su varita, pero nada pasó. Divertida, sonrió, tomó su varita y la movió hábilmente diciendo —¡Legeremens!.

Estaba en un parque, observando a Tom solo en los columpios, observando como los niños lo evitaban... Había miles de magos a su alrededor, él caminaba por el callejón Diagon comprando los libros por su cuenta...

—¿No dijiste que podías dominar eso sin el hechizo?— preguntó Tom, tirado en el piso y levantándose con dificultad cuando Neela decidió salir de su mente.

—Y así es, pero debo de tener contacto físico con esa persona, no sería cómodo que una bruja desconocida se metiera a tu mente con sólo desearlo— aclaró dando vueltas alrededor de Tom —Vamos, arriba— ofreció su mano y cuando la aceptó volvió a meterse en sus pensamientos.

—¿Qué hacemos aquí?— preguntó Tom tallando sus brazos con su mandíbula temblando, observando la vista desde el pico de la montaña en la que estaban.

—Aprender— respondió Neela, quien estaba tan normal como si sólo fuera una leve brisa la que hacía volar sus cabellos —No puedes tener control sobre un hechizo para adentrarte en la mente de alguien si no puedes controlar la tuya.

Tom la miró, sin entender a lo que se refería, sintiendo sus cabellos negros llenarse de copos de nieve y sus labios empezandose a partir por el frío.

—Ésto no es real...— murmuró —No hay razón para que tenga frío— agregó bajando sus brazos y sacudiendo la cabeza para alejar la nieve.

—Correcto... ¡Cincuenta puntos para Slytherin! . . . Lo siento, hace mucho que tengo ganas de decirlo— se disculpó mientras lo invitaba a sentarse junto a ella —Cambia el paisaje.

—¿Que haga qué?

—Cambia el paisaje— volvió a decir Neela con calma y los ojos fijos en las sierras de más allá —Lo que sea, tu lugar favorito o el que primero se te venga a la mente.

Suspiró pesadamente, pensando en lo difícil que sería esa tarea, pero cerró los ojos, y pensó en su lugar favorito. Le estaba dando un poco de complicaciones según las muecas que hacía.

Así que Neela tomó su mano para darle una ayudadita sin que él lo supiera , porque si veía que no funcionaba se estresaría, y el estrés le impediría avanzar.

—Nada mal para un principiante— dijo al ver que el lugar cambiaba a ser el parque del orfanato —Pensé que odiabas éste lugar, ya sabes, por Carl.

Enamorada De Tom Riddle [Tom Riddle y Tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora