Enamorada De Tom Riddle [Tom Riddle y Tú]

Plática profunda

...

Corrió hacia su castaño amigo y saltó a sus brazos, ya que no podía ocultar la emoción de verlo de nuevo. Se aferró fuertemente a su cuello como si se fuera a ir, que era lo más seguro, escuchando a Tom acercarse, por lo que se separó lentamente de su él.

—No puedo creer que estás aquí, Eric— dijo llevando su mano a su boca, en una mezcla fuerte de emoción, asombro, alegría, y sorpresa.

—Bueno, recibí una carta diciendo que no te sentías muy bien últimamente, así que aproveché que mi abuelo venía para acá para tratar unos asuntos con el director y vine con él— al mencionar la carta miró a Tom, aún con un poco del miedo que le tenía desde siempre.

—¿Tú lo llamaste?— le preguntó Neela enternecida, ya que sabía lo mucho que a Tom le disgustaba siquiera el hecho de pensar en que ella hablara con cualquier otro hombre.

—Bueno, eres mi novia y él tu amigo, te sentías mal y él es el único de tus conocidos que sabe tu historia completa así que pensé que sería una buena idea el llamarlo para que hablaran. Así que váyanse y háganlo antes de que cambie de opinión— dijo incómodo, desviando la mirada.

Neela sonrió y tomó su rostro entre sus manos para darle un beso —Gracias, pero ésto no quiere decir que te salvaste de nuestra conversación pendiente— él puso los ojos en blanco y asintió, para después verla marchar a la par con Yaxley.

—¿"Conversación pendiente"?— preguntó Eric curioso, Neela asintió mientras lo guiaba a los jardines de Hogwarts.

—Es un poco complicado en realidad, porque, bueno, ya leíste las cartas que te mandé, sabes lo que mi abuela me dijo aquella noche que me visitó— empezó tomando asiento en el pasto para que luego el castaño hiciera lo mismo —Amo a Tom, y él me ama a mí, ambos somos felices juntos y cuando estamos solos no necesitamos nada más que al otro. Quiero compartir el resto de mi vida con él, deseo casarme y formar la familia feliz que nunca tuve, sin lastimar a nadie más.

—¿Y por qué no lo haces?— Neela lo miró sin poder creer que le preguntara algo como eso, siendo consciente del pasado de ambos —E-Es decir, tu madre vivió bien a pesar de su pasado, mantuvo su maldición en secreto y se casó con tu padre, tuvieron una pequeña niña rubia y adorable y fueron felices...

—Hasta que fueron encerrados en Azkaban y mi padre murió— interrumpió ella, suspirando pesadamente —Mi madre no es ni la mitad de inusual que yo soy, Eric, lo sabes. Si a una persona tan bien adaptada a la sociedad como ella le sucedió eso ¿Qué me espera a mí, cuando pasé años viviendo con un nombre que ni siquiera era el mío, bajo la supervisión de un estricto mago que si hacía algo como no quería, recurría a los golpes, y ni una sola vez me defendí?.

Eric la miró comprensivo, colocando su mano en su espalda a manera de apoyo —Neela, tu pasado no tiene por qué ser tu futuro. Eres una buena persona que tiene derecho a ser feliz, tener una vida tranquila al lado de los que amas.

—Lo sé pero, hay tantas cosas que me impiden hacerlo...

—¿Cómo cuáles?— la rubia tragó saliva, recostandose en el piso que se empezaba a llenar de nieve, mirando fijamente al cielo completamente blanco.

—Desde que conocí a Tom lo único que ha hecho es defenderme, lo cual verás difícil de creer por su actitud, pero es cierto. La primera vez que interactuamos fue cuando él me defendió de un niño que me estaba molestando con un columpio...

—Neela, eso sólo fue una riña entre dos pequeños— repuso tratando de abrirle los ojos a su amiga, ella rió sabiendo que tenía razón, para después proseguir.