Caminata por el Bosque Prohibido

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Antes de que se pudiera dar cuenta, Tanatos volvía con un pergamino mal enrollado en la boca, cuando estuvo posado en el brazo de Neela, ésta lo tomó y abrió, iluminando el contenido con la punta de su varita, por la que salía una tenue luz con la que logró ver la mala letra de su amigo.

'Neela, me da mucho gusto saber de ti, he estado bien, muchas gracias por preguntar.

Verás, en el bosque prohibido hay miles de criaturas, y entre ellas (como sospechabas) los mooncalf, sigue mis indicaciones y podrás llegar a ellos más fácilmente.

R. H.'

Leyó prestando atención al mapa dibujado que estaba anexado al papel, colocó bien su capa e intercambió una mirada nerviosa con su cuervo, que se fue volando en seguida —Cobarde— dijo, tomando coraje para adentrarse en el bosque y después perderse entre los árboles.

Apenas y podía distinguir los árboles frente a ella, logrando chocar contra algunos varias veces, pero aún así siguió con su varita en alto y siguiendo los garabatos de Hagrid, después de cruzar los dos árboles con las ramas torcidas, vio más allá las rocas altas señaladas.

Se acercó silenciosamente, alejando su pie de las ramas y hojas secas para continuar de la misma manera, subió con un poco de dificultad hasta algo similar a un pasillo, y después unas criaturas de ojos enormes y azules, con pelaje oscura que al principio les hacía camuflajearse entre los huecos de aquella roca salieron.

—Hola— saludó entre risas mientras éstos se le acercaban a la piernas y hacían unos gestos muy tiernos, llevó su mano a la bolsa que llevaba preparada para la ocasión, y sacó la comida (que según el libro de animales fantásticos) que a ellos les gustaba.

Estaba ahí para ver a los moonclafs de los que alguna vez le habló Hagrid para recoger su excremento, ya que sabía que éste era muy útil para composta si se recogía pronto. Así que mientras ellos comían, ella sacó una pala y un cilindro de metal, en el que metió las heces.

No fue nada fácil, pero lo consiguió, y después de pasar un buen rato ahí jugando con ellos e hipnotizandose con sus ojos azules, se dirigió al río más cercano y tomó una de las plantas que el libro que había leído un poco antes mencionaba, y ésta hacía que una persona durmiera aproximadamente por un mes.

Levantó la mirada, y no le gustó con lo que se encontró, un lobo la veía gruñendo mientras se acercaba lentamente a ella, pudo reconocer por la forma del hocico que enrealidad era un hombre lobo quien la veía como la comida que no había tenido en años.

Mientras retrocedía, quebró una rama gracias al zapato, y maldijo el momento en el que se sintió lo suficientemente segura como para dejar de ver en donde pisar y en donde no. Con un brillo de gula en su mirada, saltó hacia ella, pero gracias a sus reflejos por el Quidditch retrocedió y el animal sólo pudo alcanzar la parte baja de su pierna, haciéndola soltar un grito de dolor al sentir sus colmillos hundiéndose en su piel y casi llegando a su hueso.

Retiró como pudo su pie de sus dientes que empezaban a aferrarse más de lo necesario, haciendo más de una horrible rasgadura en su pierna, éste estuvo a punto de volver a abrir la boca por más de su víctima, pero una bola negra tan rápida como un rayo enterró sus garras en su hocico y empezó a picar sus ojos mientras el cuadrúpedo trataba de quitárselo de encima.

Enamorada De Tom Riddle [Tom Riddle y Tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora