Reencuentros agrables

1.5K 130 30
                                    

...

Cierra la boca, nos van a escuchar— le regañó Mia, jalandola del brazo para que se escondieran más en el árbol al ver que el celador salía a recibirlos.

¿Qué rayos hacen aquí?— preguntó asomándose con cautela, viendo a ambos Nott con el ceño fruncido por lo que les habían hecho a sus amigas, distinguiendo a la distancia un carruaje negro con las cortinas de las ventanas abajo.

El director Dippet los invitó al juego de Quidditch, tiene muy en claro que el Sr. Not-torelable cuenta con buenas influencias— Neela la miró confundida al escuchar el apodo —Por Nott y torelable, agh, es mejor cuando no se explica.

Lo siento... ¿Cómo supiste que estaba en la sala de menesteres?...

—No es secreto que las parejas van ahí cuando quieren estar a solas, créeme, no eres la única— interrumpió pícara, guiñandole un ojo haciéndola reír.

¿Lea ya sabe que están aquí?— Mia negó desviando la mirada de nuevo hacia ambos magos, preocupada.

Escuché sin querer la conversación entre Dippet y el celador mientras iba hacia el campo de Quidditch para entrenar, diciéndole que los recibirían hoy...— Mia formó una mueca, volteando para ver a Neela —¿Crees que venga con ellos Eva?

Neela abrió la boca, entendiendo su inquietud —Mia...

—No me malinterpretes, es mi amiga y nada me daría mas gusto que verla pero, lo único que viene a mi mente cuando la recuerdo es que le robé a su chica— Bloom colocó su mano sobre su hombro a manera de apoyo, negando ante la idea de su amiga.

Sabes que Eva no es así, es comprensible que pasara lo que pasó. Lo importante ahora es que Lea no se entere de la llegada de Alexander, no sabemos cómo podría reaccionar...

—Creo que ya lo sabemos— interrumpió señalando con su mirada a las espaldas de la rubia, donde la joven Abbott se encontraba petrificada con su escoba en mano, mirando fijamente al Nott mayor, quien se dio cuenta fácilmente de la presencia de Lea.

—Dame un minuto padre— le dijo al Sr. Nott, quien miraba con asco a la pobre Lea, y al pasar por su lado, escupió al piso junto a donde ella estaba —¿Sorprendida?— preguntó con ironía, acercándose a ella con una sonrisa de lado en el rostro —Sé que no soy el Nott que quieres ver pero, es lo que hay... Debo admitir que has cambiado desde la última vez que te vi ¿No es así linda?— y cuando Mia vio cómo el castaño acariciaba su rostro con expresión de espanto, salió de su escondite caminando firmemente hasta él, empujandolo lejos de ella.

—No te atrevas a tocarla, malnacido hijo de...

—Cuida tu lenguaje, Mia— miró de Mia a Lea y de Lea a Mia entendiendo lo que pasaba —No me digas, Lea te contagió su enfermedad como a mi hermana. Por Merlín, ésto es peor que la propia peste negra. Debería de llamar a los Sanadores de San Mungo para que las lleven al hospital y en el mejor de los casos puedan ayudarlas...

—Creo que quien debería de cuidar su lenguaje es otro— dijo Neela mientras detenía a la pelinegra de hacer una tontería, causando que ahora ella fuera el foco de sus burlas.

—Jonathan, tanto tiempo sin verte. ¿Sigues siendo la perrita de Tom?— Neela frunció el ceño, suspirando para tranquilizarse y responder con inteligencia y no con enojo.

—¿"Perrita"?— repitió con una sonrisa irónica —Creo que no deberíamos olvidar quién era el que le seguía a todos lados, servía su comida y transportaba sus libros sólo por admiración, o para que tan siquiera alguien supiera de tu existencia. Así que si nos disculpas, tenemos una copa que ganar, por lo que te recomiendo que vayas con papito si quieres salir ileso de éste colegio, porque te juro que si no desapareces de mi vista en éste mismo instante, quien termine en San Mungo será otro.

Enamorada De Tom Riddle [Tom Riddle y Tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora