Destrozos y más destrozos

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...

Les dedicó a ambos una mirada a manera de escaner, observando a Tom molesto quitar la mano de Druella que estaba posada en su hombro, con asco como si ésta fuera algún insecto desagradable.

Riddle y Neela mantuvieron contacto visual por unos segundos, mientras la rubia sentía como Rosier deslizaba su mirada de uno a otro analizando la situación, así que para sacarlos de ese trance en el que ambos se observaban como estatuas, carraspeó.

—Tom ¿Nos vamos?— preguntó llamando la atención de la rubia al referirse a su prometido como "Tom" mientras abrazaba su brazo, haciendo que el amarillo se apoderara de sus azules ojos.

—Tom Riddle para ti— la corrigió quitando bruscamente sus manos de él —Quita tus asquerosos brazos de mi cuerpo... Puedes irte— le indicó a la vez que limpiaba el brazo de su túnica como si éste estuviera sucio.

—Sí, yo... Será mejor que me vaya— asintió alejándose con la mirada baja, siendo seguida por la mirada de desprecio de ambos magos.

Cuando se perdió de su vista, Neela volvió a sus asuntos y recordando el reciente pleito con Tom, siguió con el camino que iba, pero fue detenida cuando el pelinegro la tomó del brazo, ocasiando que ella lo viera con el ceño fruncido.

—Quiero hablar contigo— dijo seriamente —Te vi hablando con Lestrange ¿Qué te dijo?.

—¿Vas a ser honesto conmigo de una buena vez o sólo me harás perder el tiempo con tus estúpidos celos que no tendrías que sentir si me dijeras la verdad?— Tom se lo pensó un minuto, para después soltar su brazo y alejarse sin decir nada más —¡Claro, huye, eso se te da muy bien, justo como tu padre! ¡De tal palo tal astilla!— exclamó furiosa, notando cómo por un momento él se detuvo apretando sus puños fuertemente como si quisiera controlarse, logrando combatir sus impulsos y seguir con su camino —Idiota— murmuró en parsel.

Aceleró el paso hasta el baño de niñas y abrió la entrada de los lavaderos, para después bajar por las escaleras que hizo aparecer en las paredes, soltando millones de maldiciones por cada escalón que pisaba.

No toleraba que Tom la considerara débil, como si no pudiera tolerar una mala noticia cuando eso era lo que había estado haciendo toda su vida.

Recibir malas noticias era su pan de cada día desde que tenía 7 años de edad, podía resistir cualquier cosa desde que se enteró que tenía el poder de un obscurus dentro, o que Dumbledore era su abuelo.

Era aún más fuerte que Tom, porque él jamás había tenido que curarse la herida del diente de un basilisco del brazo, ni tener que caminar con la mordida de un hombre lobo en la pierna, o resistir el dolor de un conjuro para tener la sabiduría de Rowena Ravenclaw, Y AHORA VIVÍA CON UNA MALDICIÓN.

Fue entonces que se detuvo antes de llegar al lugar en el que el basilisco la había mordido, formando una mueca mientras pensaba que quizá esa era la razón por la que su novio no le quería decir lo que pasaba, para no añadir más oscuridad a su vida por el momento.

Pero él no podía decidir qué era lo que ella podía saber o no, aunque siendo alguien como Tom, que no sabía cómo demostrar sus sentientos, no tenía ni idea de cómo demostrar su preocupación y la manera que él tenía de protegerla era simplemente aislarla de conocimiento alguno de esta oscuridad.

Al entender las buenas intenciones de su prometido, suspiró fuertemente, notando que quizá las hormonas del embarazo se habían adueñado de ella durante la pelea y no le permitían ver que quien estaba equivocada era ella.

...

Una vez estuvo fuera del baño de niñas debido a su consciencia intranquila por haberle dicho tal cosa tan delicada y horrible a su novio, como compararlo con su padre muggle que lo abandonó antes de que naciera, la tenía muy avergonzada.

Enamorada De Tom Riddle [Tom Riddle y Tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora