1) Los amigos no se celan.
2) Los amigos no se besan apasionadamente.
3) Los amigos no hacen el amor.
4) Los amigos no se enamoran entre ellos.
Esas eran las cuatro reglas que tenían Lucas y Chloe para que su amistad perdurara en el tiempo y ambos...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lucas:
Mi teléfono comienza a sonar y miro a la mujer al lado mío. Tiene una sonrisa y puede ser que se deba al orgasmo tan colosal que ambos acabamos de sentir. No fue nada malo comenzar a explicarle las teorías del psicoanálisis para terminar en la cama de su departamento.
Le doy un beso en los labios y me levanto de la cama para desechar el preservativo. Ruby no es como lo esperaba y aunque no quiero nada a futuro, podría servirme bien. Sobre todo porque en mi cerebro están pasando cosas que prefiero en serio descartar.
Cosas que me empiezan a quitar el sueño. Y que prefiero dejar de lado ahora, bueno, para siempre.
El tono de llamada me indicaba quién era, por lo que contesté. —¿Qué tal, CL?
—¿Por qué no contestabas? ¿Ya cambiaste a tu mejor amiga? Es que tiene que ser así, no se puede contar con un pendejo como tú. —pregunta tras pregunta, ella seguía increpándome. Era siempre así, por más que pasara el tiempo, esa era su forma de saludarme. Se notaba el amor.
—Hey, ¿cuál es la violencia amor y paz?
—¿Por qué estás tan emocionado? Molestas. —me reí y vi como mi compañera se levantaba de la cama y caminaba hacia mí. En el momento en que se puso de rodillas en frente de mí, supe que las cosas iban a tomar un rumbo diferente—. Te llamo porque quería saber si quieres ir a tomar una cerveza.
Me aguanté el gruñido cuando Ruby tocó un punto sensible. —¿Estás bien, Luke?
—Te llamo en un rato, dame la dirección del sitio por texto. —tan pronto como colgué tomó en brazos a Ruby y la llevé directo a la cama de dónde no debió de salir.
***
Horas más tardes me miraba satisfecha. —No veré la teoría del psicoanálisis de la misma forma.
Me reí. —Es la ventaja de ser muy inteligente, guardo información basura en mi cerebro.
—Pero muy estimulante. —no le quitaba que tenía algo de razón—. No te hacía escuchar música de esos chinos. —me extrañó que cambiara de tema de forma tan abrupta. Y sobre todo con eso.
—No son chinos, son coreanos. —la respuesta que siempre daba Chloe se deslizó con facilidad sobre mi boca—. Y no los escucho, pero es el tono de llamada de Chloe para el uno con el otro.
—Son muy amigos, ¿no es así?
—Sí. Lo somos. —definitivamente lo dijo con una fuerza que no esperaba, pero es que el tema siempre me hartaba. Todas mis parejas llegaban a una conclusión equivocada con respecto a ella y no era así—. No me gusta que se metan con ella.
Se sentó tomando la sábana para tapar su cuerpo. Tan pronto como terminamos me levanté del colchón y era algo que tenía con todas las mujeres con las que me acostaba y era que siempre me iba enseguida. No me gustaba compartir mi espacio.