Capítulo 41

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Lucas:

Llegué al auditorio y entregué mi entrada al vigilante. Él miró lo que llevaba en las manos, pero no dijo nada, solo me dejó pasar y me ubiqué en la fila donde debería estar mi asiento.

Reconocí a una pelirroja en la distancia y me acerqué para ver que ahí se hallaba Liam y Ava. Ambos hablaban y ni siquiera se habían percatado de mi presencia, solo carraspeé para anunciarme. Y fue cuando me di cuenta de que había un tercero.

El hermano de Liam.

Él podía ser mi gran amigo, pero su hermano no era santo de mi devoción, sobre todo de saber que Chloe estaba en su radar. A mí nadie me engañaba, él tipo quería algo con ella.

Y yo quería matarlo solo por pensar en que podría tener una oportunidad.

Se suponía que no debería estar sintiendo celos, se suponía que solo debía sentir amistad hacia Chloe, pero resulta que se hacía difícil cuando veía a idiotas que estaban rondándola como si estuvieran esperando su turno para tenerla.

Me decía que los motivos eran porque no quería que nadie la lastimara, pero sabía que había algo más profundo en ello. Algo que no quería ahondar para nada, porque eso significaría diseccionar mi corazón y prefería sacarme las uñas con un alicate.

—Lucas —Ava dijo mi nombre como si estuviera sorprendida de verme aquí. Lo que era extraño, dado que era el mejor amigo de la expositora.

—Ava —respondí en el mismo tono—. Llegué a tiempo, ¿no? Aún faltan unos minutos para Chloe.

—Sí, solo que ella pasó hace rato por aquí y no te vio. Se puso triste.

Mierda, ¿qué había hecho?

—Pero entiendo la razón de que te demoraras —y vio lo que estaba en mis manos—. ¿Recuerdas a Joshua?, el hermano de Liam. Vino a ver a nuestra amiga.

¿Cómo olvidarlo? SI Chloe se volvía la mayor fan delante de él.

Lo detestaba con todo mi ser. —Vagamente —contesté—. Buenas.

—Buenas —devolvió igual de serio sin quitarme la mirada, mi respuesta fue sostenerla de la misma manera.

Liam golpeó a su hermano y fue lo que acabó el concurso de meadas. —Chloe es la única que me hace venir a cosas como estas—comentó mi amigo.

—Claro, todos sabemos que no lees ni las instrucciones del champú —contestó el escritorcito. Me habría reído, porque eso es algo que yo mismo le diría a Liam, pero eso significaría que me caía bien el tal Joshua y no era el caso.

—Idiota —espetó.

Ni siquiera sabía qué hacía aquí. ¿Quién lo invitó? No es como si fuera parte de nuestro grupo de amigos. Era un extraño y prefería que se quedara de esa manera.

No seguí pensando en ello, por lo que me senté al lado de Ava y revisé mi teléfono. Estúpidamente me tomé una foto en el lugar y se la envié a Chloe. No estaba seguro si ella la vería, pero quería que supiera que estaba aquí, que no la abandonaría en un día tan importante.

La vi estudiar su tema, lo asustada que parecía de hablar, pero la pasión con la que lo hacía. Su mundo estaba en las letras, habría sido buena en cualquier cosa a la que se dedicase, pero la literatura y ella eran dos almas gemelas que se encontraron y se salvaron la una a la otra.

Sentí la vibración de mi teléfono y vi el mensaje de ella.

No voy a salir

¿Esperen qué? ¿Había ocurrido algo malo? ¿Ella estaba enferma?

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