Solo amigos

Capítulo 53

Soundtrack: Lost Without you de Freya Ridings
Esta canción es totalmente este capítulo, lean la letra

Lucas 

El hedor a tequila no dejaba mis cosas nasales. Tal vez habían pasado dos, tres días, quizás más desde que empecé a beber hasta dejar mi hígado como sacrificio luego de que hubiese perdido al amor de mi vida.

No tenía idea de cuántos días habían pasado desde que ella se fue de mi departamento rompiendo mi corazón. Solo sé que me la pasé en una neblina de dolor, llanto y mucha bebida. Llorando como si fuera un niño pequeño al que le quitaron todo mientras abrazaba a su perro siendo ese su único consuelo.

¿Como habíamos llegado a esto? No lo sabía, pero estaba aquí muriendo de dolor. No había manera de que esto se pasará. Solo dolía como una desgraciada estaca en mi jodido corazón.

No me reconocía, realmente no lo hacía. Yo no era alguien que se dejaba llevar por el alcohol. Sin embargo, aquí estaba yo, solo recordaba haber ido a la tienda, tomar todas la bebidas alcohólicas que pude llevar y regresar a casa para ser básicamente una barrica humana. Me alimentaba a base de frituras y ron.

¿Que si lloré? Cada maldito segundo.

¿Que si me sentía mejor con ello? Todo más lejos de ello.

No sabía cómo estaba ella, pero sinceramente no creo que tan mal como me encontraba yo. Chloe era la que no me quería, la que terminó todo. Quien se estaba muriendo era yo por no haber recibido lo que deseaba.

En medio de mi neblina dada por el dolor supe que ella no era culpable del todo, ninguno se prometió amor eterno al final. Solo que en mi mente yo creí eso pasaría. Ella supo elegirse y era válido. No podía amedrentarla por eso.

Solo que no apoyaba esa elección. Era lo egoísta en mí.

No sabía ni cuándo se iría al fin. Mamá había llamado, pero no le contesté. Me la pasé en mi departamento pareciendo más un preso político que un ser humano racional. No fui ni una vez a entrenar y lo más que había salido fue a llevar a Balto a hacer sus necesidades. Luego dormir como un bebé, para despertar con pesadillas.

Se suponía que no debería estar así. Yo era un maldito psicólogo, por Dios, solo debería releer mis apuntes, pero eso implicaría moverme y pensar más de lo que quería, así que me quedé donde estaba. Este duelo estaba siendo patológico, pero ya luego me las arreglaría. 

Balto se subió a mi lado y se retiró a los segundos, lo que me indicaba que estaba ya a un nivel de hedor en el que pobre ya no quería estar junto a mí. Yo tampoco querría estarlo siendo sincero conmigo mismo.

Las náuseas vinieron a mi corrí al baño en donde dejé mi estómago dentro del excusado. Vomité y vomité hasta que un líquido bilioso salió. Sabía que había llegado a mi límite y que esto era más de lo que podría aguantar mi cuerpo sin caer en un coma etílico.

Así que en contra de lo que quería, me metí en la ducha y me lavé lo que podrían ser litros y litros de alcohol. Cepillé mis dientes intentando quitar todo el mal sabor dado por el vómito. Me vestí y tomé un plato de cereales que me obligué a comer pese a que quería dejarlo todo de nuevo en el retrete. 

Tenía que mejorar. 

Mi perro por fin volvió a acercarse y yo lo acuné en mis brazos. —Sé que tú también la extrañas. 

Él dio un ladrido en el que parecía entender lo que yo le decía. 

Tomé mi teléfono por primera vez en días y vi que estaba sin cargar. Lo puse en la fuente y lo encendí. Apenas lo hice cientos y cientos de notificaciones comenzaron a llegar. Eran de la escuela, de mis amigos, de mi familia.