Capítulo 43

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Lucas

El día de nuestro viaje llegó y con ello el estrés que implicaría viajar a La Guardia, subir al avión y todo ese asunto. Sobre todo porque solo serían cuatro días y regresarnos para lo que serían unas semanas matadoras de la universidad.

Estos días no había podido verme demasiado con Chloe porque habían sido de muchas pruebas y entrenamientos. Incluso una pequeña competencia de Taekwondo en la que gané, por cierto, y ella estuvo ahí un rato antes de tener que irse a un examen.

Había sido complejo nuestras interacciones luego de lo que le dijo el estúpido del escritor la estaba notando alejada y pensativa la mayoría del tiempo. No la culpaba, era la oportunidad de sus sueños, sin embargo era muy, muy lejos de mí.

¿Cómo habíamos llegado a esta tesitura?

No lo sabía, solo me hacía reflexionar en que las personas dábamos todo por hecho en la vida y por cualquier lado podría cambiar nuestros planes. Ya que en mi mente nunca y quiero decir nunca pensé que ella le ofrecerían tal oportunidad.

Eran las cuatro de la mañana cuando llegué a su edificio y pensé subir a su piso para ayudarla a traer sus maletas, pero ella ya venía con ellas. Por lo que bajé y corrí a para llevar el montón de cosas que traía.

—¿Nos vamos a quedar un mes acaso? —pregunté cuando recogí más que toda la ropa de mi armario.

—Hombres —dijo como si explicara todo—. Son cosas que toda chica necesita en una boda. Así que carga todo como mi empleado que eres —solo pude poner los ojos en blanco y ayudarla, no podía devolverla, era mi mejor amiga.

Dejé todo en la parte de atrás de la camioneta. Rápidamente nos encaminamos rumbo al aeropuerto. Tan pronto como fuimos a la entrada nos encontramos con nuestros amigos. Ava llevaba un equipaje similar al de Chloe con un montón de cosas y Liam una mochila de campamento.

—Mejor, así nos dan su puesto de equipaje —molestó Chloe al ver que no traíamos demasiadas cosas.

Luego de las correspondientes diligencias que se debían hacer y el registro de equipaje estamos en la sala de espera. Chloe está conversando con Ava mientras que Liam hablaba con su madre por teléfono.

—Mamá, claro que tengo mi pasaporte. —no se oía nada de la interlocutora más que una retahíla fuerte e inentendible—. Mamá, por favor. No tengo doce años.

—Pero pareces —dije alto para que lo oyera su mamá.

Él tapó el micrófono. —Maldito.

Reí victorioso.

Me permití relajarme, la verdad es que la idea de un viaje con mis amigos sonaba genial. Sobre todo, porque no quería pensar en la facultad de medicina, no deseaba que eso comiera mi cabeza más de lo que lo hacía. Ya bastaba que aún no hubiesen entregado las notas del examen que no sabía si tendría que presentar de nuevo por culpa de mi brutalidad.

Sin embargo, eso no era lo único que me tenía con la cabeza hecha un nudo, ya que también estaba fastidiando como una liendre el recuerdo de que Chloe le ofrecieron el trabajo de sus sueños y que cabía la posibilidad de que ella se fuera muy lejos.

Y pese a que le dije que solo quería verla feliz, cosa que no era mentira, algo dentro de mí sabía que la deseaba cerca de mí. Porque de solo pensar en no verla bastaba para que me sintiera miserable.

Pero si ella decidía irse, lo aceptaría, la apoyaría y sería el mejor amigo que ella merecía. No la dejaría que se sintiera mal y sería todo lo que necesitara.

Y cuando sus ojos se enfocaron en los míos supe que estaba perdido. Porque lo que me estaba haciendo sentir era algo que no lograba entender, pero que si le ponía el nombre que tenía, mi vida cambiaría.

Solo amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora