Capítulo 26

3.7K 324 111
                                    


Chloe

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Chloe

Tenía que controlarme antes de hacer un desastre de mí misma. Estaba en problema, ya que me puse casi que en evidencia de lo mucho que estaba celosa de la tal Alina que acababa de llegar de no sé dónde.

No la recordaba así.

—Oye, esa que está hablando con Lucas tiene mucho...— señaló sus bubis.

—Sí, pechonalidad. Son falsas. Era más plana que yo en la escuela.

¿A Lucas le gustaban los pechos? Sus últimas novias tenían muchísimo más que yo. Yo era como Tablón. No pasé nunca por la pubertad.

—Chloe, desde aquí se te ven los celos.

—Pero míralos, hablando como si nada. —tarde me di cuenta que me delaté—. Y no estoy celosa.

—No, por supuesto que no. Solo estás imaginando a la pechugona en la licuadora.

—Sí, eso mismo. Va a ser puro plástico lo que se pulverizará. —me bebí de un solo trancazo mi cerveza—. Tal vez debería bailar. Ver si consigo algo.

—Chloe, piensa bien las cosas. Te gusta Luke, tal vez deberías decírselo.

Me reí con sarcasmo. —Prefiero tragar cianuro. Nuestra amistad se va a ir por un tubo en el momento en que le diga que seamos follamigos.

—Pueden ser pareja.

La miré como si se hubiese vuelto loca. —¿Me has visto? No tengo novio desde primer año de universidad. Mi historial amoroso es igual de hermoso que la vida de Alan Poe.

—¿Tienes miedo?

Aterrada.

—No, soy una chica fuerte. No me va lo del amor, mucho menos las relaciones sentimentales. Me dan asco. Lo más cercano a una pareja es Luke, pero solo es mi amigo.

—Amigo con el que te acostaste, cabe destacar.

—¿Pero es que no lo vas a olvidar? —bufé tan enojada. Estaba contenta de habérselo dicho, pero ahora ella actuaba como mi conciencia. Y mi conciencia y yo no nos llevábamos para nada bien. Era una perra la desgraciada—. Amiga, por favor.

—Está bien, solo quiero que no salgas lastimada. Ni tampoco lastimes a Luke, es un gran chico.

Mi labio tembló al escuchar eso. Porque Ava tenía por completo razón. Luke no era como los demás hombres, era muy dulce y la mejor persona que yo podía conocer.

Por eso mismo yo estaba decidida a que nada enturbiaría esta amistad. Éramos solo amigos, no importaba que cuando nos viésemos yo me encendiera con los recuerdos de nuestros cuerpos enredados en la intimidad. O la manera en que...

—Chloe, cálmate. Te lo estás comiendo con la mirada.

Mierda, cierto. —Gracias, Ava.

—De nada, amiga.

Solo amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora