Capítulo 47

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Desperté y sentí a Chloe acurrucada contra mí. Ella tenía los ojos completamente abiertos y me miraba con una sonrisa en su boca como si supiera algo que yo no. Lo que era probable.

—Feliz cumpleaños, Luke.

La emoción de tenerla a mi lado, el día de mi cumpleaños era más de lo que creía merecer. Mi amor por ella siendo más fuerte que cualquier otra cosa en el mundo. Era afortunado de tenerla aquí conmigo.

—Gracias, amor.

Noté que ella se tensó, y yo hice lo mismo, porque había traspasado la línea que yo mismo había trazado en la que todavía yo no le había contado de mis sentimientos. Y llamarla de esa manera era casi una declaración en toda regla.

—¿Te molesta que te llame así? —pregunté nervioso.

Ella negó. —Solo me sorprendió, es la primera vez que lo haces. Me gusta.

Me sentí como un ganador.

—A mí también me gusta.

Besé su frente, adorando esta tranquilidad. Esto era como el cielo, el mundo podía estar cayéndose afuera, pero yo me sentía en calma y feliz de estar en esta habitación solo con la mujer que amo.

—Ya vuelvo, voy a cepillarme los dientes —me levanté de la cama y fui al baño, su aliento fresco me mostró que ella tenía rato despierta, lo que era raro que Chloe era la persona menos madrugadora que existía.

Cuando regresé, me sorprendí por la imagen tan diferente de mi cuarto que cambió en los 5 minutos que duré en el baño. En la cama había un montón de bolsas de regalo y un desayuno especial estaba en la cómoda. Sentí un nudo en la garganta al ver que ella había tomado el tiempo y la iniciativa de hacer algo así por mí.

Cl llevaba un gorrito de cumpleaños y me colocó uno sobre la cabeza. —Ahora sí, feliz cumpleaños —y me besó en los labios como si estuviera sedienta de mí, lo que lo recibí con ansias.

Nosotros éramos dinamita pura cuando nos tocábamos, no había manera de detener la miríada de sensaciones que se irradiaban cuando su piel se rozaba con la mía. Ella era todo, cielo e infierno al mismo tiempo.

Nos separamos y miramos a los ojos. —Gracias por todo esto.

—Pero si no has visto tus regalos.

—No importa, gracias.

Ella me llevó hasta la cama y me extendió la primera bolsa. Al abrirlo, me encontré con algo que no pensé. Realmente quedé sin aliento cuando lo vi. —¿De verdad?

—Esperaba ser la primera en darte algo así. Pronto comienzas tus prácticas y quiero que inicies esa etapa con algo mío.

—Siempre estás conmigo, Cl.

—Sí, pero tú me entiendes, quería que fuera especial y que me sientas cerca en todo momento. —lo saqué de la caja y vi que era el estetoscopio que quería. Ella había dado en el blanco—. Tiene tu nombre grabado en la campana.

—Es hermoso —de color negro completamente mi nombre se encontraba escrito en letras plateadas—. De verdad que me gusta mucho. Gracias.

—De nada, ahora abre tus otros regalos.

Me encontré con un uniforme quirúrgico negro, además de ropa nueva. —Es para la cena que tenemos hoy —explicó.

—Chloe, es mucho.

—¿Me puedes dejar consentirte? ¿sí? Mira que ocurre una vez al año en que no jugaré con tu paciencia, ni te molestaré. Yo que tú lo aprovecharía, mañana vuelvo a ser la misma Chloe molesta —solo pude reírme ante eso, en cualquier otro momento ella me habría dado alguna de sus respuestas sardónicas que conocía muy bien.

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