Capítulo XIV

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Camille

El auto se detiene en la comisaría, lo cual efectúa el temblor de mis piernas, mi respiración es pesada, no puedo dejar de recopilar los sucesos, además que el hecho de que mis nervios estén de punta no ayuda. Una oleada de arrepentimiento atraviesa mi cuerpo recordando lo que hice mal, porque dentro de mí sé que toda esta noche fue un completo error. A excepción de Aarón.

Observo a Aarón con fijeza y noto el semblante totalmente serio que me hace estremecer, hundido en los pensamientos que intento descifrar, pero no puedo y por eso mismo decido no hablarle para no hacer las cosas más complicadas. El oficial me baja del auto y me guía a una sala donde se encuentra una mujer que me mira en forma de desaprobación. <<Vaya noche>>.

Me puedo imaginar el porqué, ha de pensar que soy la peor de las delincuentes de esta ciudad, pese a que no lo soy. No quiero ni imaginarme cómo me mirará mi padre si se llegase a enterar de esto. Claro que no puedo imaginármelo porque me matará si me encuentra aquí.

La oficial se levanta de su lugar, me quita las esposas y se vuelve a acomodar en su silla.

—Coloca tus pertenencias en la caja —espeta con desdén.

Desganada, comienza a sacar el móvil del bolsillo, veo que tengo varios mensajes perdidos de Alexander, intento abrirlos pero en ese momento la oficial me detiene con una cara de pocos amigos. Me hace un gesto desapacible y trago grueso.

Mierda.

—Es para hoy linda, no tengo todo el tiempo del mundo —farfulla con la irritación palpable en su voz.

Dejo el móvil en la caja, conteniendo las ganas de tomarlo y revisar los mensajes porque la incertidumbre me hormiguea las manos. Me deshago de mis pendientes y pulseras.

—Si sabes que es ilegal la participación en carreras de motocicletas, ¿verdad? —su voz me trae de vuelta a la realidad.

Me observa fijamente, queriendo intimidarme y lo logra.

Mis nervios se encuentran de punta, claro que sé que es ilegal y, aún así, decidí ir porque jamás había sido partícipe de una.

<<No le voy a decir eso, obviamente>>

—Yo no cometí ningún delito, sólo estaba acompañando a un amigo —trato de argumentar, pero evidentemente no funciona ya que puedo ver cómo mis palabras la fastidian más de lo que ya está.

No estoy lista para soltarte (+18) ✔️©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora