CamilleHe pasado toda la tarde pensando y gastando mis energías para acabar con esto, no encuentro ninguna escapatoria, sólo me queda aceptar lo que tengo que hacer, pero siento que sola no podré. Estoy agotada y no encuentro una salida, no encuentro nada para impedir lo que estoy a punto de hacer.
No me atreveré, no puedo herirlo de esa forma, por eso la necesito a ella a mi lado, aunque no esté de acuerdo conmigo, necesito su apoyo y saber que estará conmigo por sobre todas las cosas. Necesito saber que tengo a alguien a mi lado porque cuando todo termine voy a pagar con creces mis acciones.
—¿Me ayudaras o no? —Sam permanece callada ante mi pregunta y eso me pone nerviosa.
Sé perfectamente que tiene miedo y yo igual, tal vez estoy haciendo mal en involucrarla en esto pero pero no podré llevarlo acabo sola. Necesito a alguien que me comprenda, que sepa y entienda las razones por las cuales estoy manejando la situación de esta forma y ella lo hace. A su manera, pero lo hace.
Sus ojos avellana me observan con ese brillo de súplica, casi me ruega que no lo haga, pero no tengo tiempo a mi favor. Duele pero es la verdad, no me queda tiempo para encontrar otra salida que no signifique dañar al hombre que amo.
—Camille...no puedes hacer esto, necesitas pensar en las consecuencias —balbucea nerviosa, inclinándose hacia mí mientras se pasa la mano por su cabello—, saldrás perjudicada.
Mis labios tiemblan cuando intento hablar.
—Sam, necesito esa carpeta.... —murmuro por lo bajo—, no puedo permitir que le pase algo, no puedo dejar que lo mate —mi voz se rompe y siento que vuelvo a desmoronarme por dentro.
Le conté todo lo sucedido en los últimos días, al principio enloqueció como supuse que lo haría. Pero después se relajó y me escuchó con atención y sin recriminarme, pero aún sigue con la idea de decirle todo a Alexander. No voy a negar que igual estaba tentada con hacerlo, pero se me pasó cuándo Dimitri me mandó una foto de Marco, con la intención de recordarme el escaso tiempo que me queda. Y no es mucho por lo que debo actuar de inmediato.
—¿Cómo sabes que sí lo matara? No creo que sea un asesino —opina en un intento de impedir que robe aquella carpeta—, puede estar manipulándote.
Claro que lo sé, pero estoy segura que Dimitri sería capaz de matar a cualquiera que se interponga en su camino. Pude verlo en sus ojos aquella noche, no tendrá piedad.
—¿Y cómo sabes que no lo hará? —contraataco subiendo el tono de voz—. Yo no puedo vivir sabiendo que alguien murió por mi culpa..., sabes que no podré con esa carga en mi conciencia —mi voz se quiebra y ella parece entender mis razones, después de tantos intentos en convencerla.
Exhala lentamente y me mira desolada.
—Entonces te ayudaré, lo haremos juntas, ¿está bien? —cede finalmente y siento que vuelvo a respirar después de tanto—. Sólo no llores, por favor, no estarás sola —se acerca a acurrucarme entre sus brazos, me estremezco pero recibo el abrazo porque en verdad necesito sentirme reconfortada.
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No estoy lista para soltarte (+18) ✔️©️
RomanceCuando Camille cumplió diecisiete años conoció al socio de su padre, el demonio de ojos verdes; un hombre sumamente atractivo con un porte que exuda dominio y poder, de quien se enamoró a primera vista. Durante dos años, Camille idealiza falsas ilu...