Capítulo XXXIX

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Camille

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Camille

Han pasado unas cuantas horas desde que llegamos a la recaudación de fondos. Alexander no ha soltado mi mano desde entonces y en parte agradezco que lo haga, estoy muy nerviosa y no quiero que lo note, pero sé perfectamente que no es nada tonto y tal vez ya se dio cuenta, y ha fingido que no.

Las subastas empezaron hace apenas unos minutos, no hay nada que me llame la atención, todavía. Están subastando algunos cuadros, muebles y jarros de antigüedad. Nada interesante para mí.

Todos se divierten y ríen ante las bromas que hace el presentador, el ambiente es muy calmado y se respira la tranquilidad, pero la noche sería agradable si estuviéramos en otras circunstancias, ahora sólo estoy intentando disimular el miedo que tengo, aunque no sé si sirva de mucho ya que no puedo dejar de ver a todos lados, él está aquí, lo sé.

Yo lo vi y sé que no estoy loca.

—Guardamos lo mejor para la noche —habla el presentador creando un silencio entre la multitud, levanto la mirada intrigada, ha logrado acaparar mi atención—, una pieza única y espléndida, es primera edición; un magnífico collar de oro blanco con una esmeralda verde natural —termina y muestra la joya al público. Hay murmullos de sorpresa mientras todos se hipnotizan por la pieza que está enfrente.

<<Muy hermosa>> Es lo primero que pienso al ver la joya.

Mis ojos están fascinados con la hermosa pieza que tengo delante, instintivamente bajo la mirada para contemplar mi anillo de compromiso, que tiene un diamante verde esmeralda en el centro. Una sonrisa tirante curva los labios de Alexander cuando se da cuenta de lo fascinada que estoy con la joya.

—Empecemos con 25,000 dólares —anuncia el presentador—, ¿quién ofrece más? —pregunta y la gente no tarda en hacer ofertas. Todos quieren esa joya y yo estoy incluida.

—30,000 —dice un señor, alzando su mano desde un rincón.

—35,000 —esta vez habla una mujer de la tercera edad.

—40,000

Siguen haciendo ofertas y más ofertas, volteo a ver a Alexander, que ya está observandome con una sonrisa pícara. Incitándome a hacer algo.

—Dijiste que todo el dinero recaudado irá al asilo, ¿verdad? —le pregunto para asegurarme, él asiente con una sonrisa encantadora.

—Así es, todo el dinero recaudado de las ofertas es para el asilo —me alegro de escuchar eso—, ¿que tienes en mente, preciosa? —cuestiona. Sólo le sonrío en forma de respuesta. 

—¿Ya no hay más ofertas? —inquiere el presentador nuevamente—, vendido a la una, vendido a las dos, vendido a las....

—80,000 —vocifero, Alexander sonríe con arrogancia y un destello de orgullo atraviesa sus ojos.

No estoy lista para soltarte (+18) ✔️©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora