CamilleDespués de media hora en la carretera, al fin llegamos a la mansión de mi futuro suegro, se escucha extraño llamarlo de esa manera, pero es lo que será en unos días y supongo que debo acostumbrarme a dirigirme así de ahora en adelante.
Pasando página a cosas menos agradables en mi vida, siento una jodida impotencia que no me deja en paz, desde que salimos de mi casa no puedo evitar sentirme como un trapo sucio que ha sido desechado porque simplemente ya no tiene utilidad. La opresión sobre mi pecho no me permite respirar y el recordar la frialdad de sus palabras me hace querer extinguirme de la faz de la tierra.
El transcurso de mi casa a la mansión fue un tanto incómodo, ¿para qué miento? Fue demasiado incómodo. Alexander no me dirigió la palabra, ni siquiera se dignó a mirarme. Sólo comenzó a conducir a gran velocidad como si quisiera matarnos a los dos. No dudé de que quisiera hacerlo. Estaba enfadado conmigo y, por primera vez, no sentí la necesidad de arreglar las cosas. No me arrepentía de nada de lo que había dicho y no iba a disculparme por ello.
Sin embargo, intenté pedirle que se detuviera, pero el orgullo le ganó al miedo e hice hasta lo imposible para concentrarme en la furia que siento hacia él. Además, Alexander no es el tipo de hombre que acate órdenes, su maldita prepotencia y soberbia se lo impide. Por eso evité que me hiriera todavía más y me abstuve de hacer algún comentario fuera de lugar.
Pero estar en esa situación me ha recordado que tengo que sacarme el carné de conducir cuanto antes. No puedo depender de Alexander cuando nos casemos, más bien, no quiero depender de él. Necesito hacer las cosas por mi cuenta.
Quisiera decir que estoy acostumbrada a que me humille o incluso a perder mi dignidad de semejante manera, pero la verdad es que no es así, nunca se está acostumbrado a que la persona que amas te hiera, siempre tratas de buscar una excusa que justifique sus acciones y desplantes aunque en realidad no la haya.
Está vez fue demasiado lejos, me hirió en maneras que no sabía que se podía herir a una persona.
Alexander es toda una caja de sorpresas. Nunca sabes cuál será su siguiente movimiento, siempre estás en la cuerda floja a su lado. Y yo me he enamorado de eso. Porque ahora que lo pienso claramente nunca hubo una señal de afecto de su parte hacia mí desde que nos conocimos, siempre fui un cero a la izquierda en su vida, la indiferencia era una de sus cualidades y aquí es donde viene la duda, <<¿cómo diablos me enamoré de alguien que nunca luchó por mí?>>.
Me siento como una completa estúpida, le regalé mi corazón sin pedir nada a cambio, sin exigir lo que merezco y lo peor es que aún sabiendo que esto terminará mal, lo haría una y mil veces más porque no sé cómo soltarlo. Hay una lucha interna y la estoy perdiendo por amar a una persona como Alexander.
Unos fuman, otros beben, otros se drogan y otros se enamoran, al final cada quien se mata a su manera.
Yo me enamoré de él.
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No estoy lista para soltarte (+18) ✔️©️
RomanceCuando Camille cumplió diecisiete años conoció al socio de su padre, el demonio de ojos verdes; un hombre sumamente atractivo con un porte que exuda dominio y poder, de quien se enamoró a primera vista. Durante dos años, Camille idealiza falsas ilu...