45

9.5K 1.3K 496
                                    

Esta historia está a la venta en Amazon en todos los países, así que si queréis apoyarme, no esperar a las actualizaciones u obtener los capítulos extras solo disponibles en la versión de pago, podéis comprar este libro en físico o en ebook, que es mucho más barato (menos de 5 dólares) ^^

El omega lo sigue alegremente por el pasillo, arrancando de las manos de la alfa su prenda reveladora y mirándola con desafío. No le gusta pavonearse, pero sabiendo que con Harry es intocable un instinto pillo surge en él y le hace querer comportarse con altanería con esos guardias temperamentales. Al entrar en la habitación Harry se arroja a la cama bocabajo, relajando su gran espalda, y León cierra la puerta y se dirige al baño.

—Mi príncipe ¿Me disculpa unos momentos? —este hace un ruido de asentimiento contra el cojín que bien podría ser un ronquido, así que León se ausenta yendo al excusado y cierra la puerta.

Se pone frente al tocador, se mira a los ojos y se desnuda. A diferencia del primer día, esta vez su mirada no le rehúye en el espejo y su cuerpo no es el de un extraño. León se reconoce en sus muslos llenos, en sus expresiones duras, en su abdomen sin marcas de alfas aventajados y en el color sano que cobran sus mofletes. Por primera vez su reflejo no luce como un escaparate de carne que cualquier alfa vaya a comprar y devorar, no luce como un pedazo inerte y rojo de comida, como un bocado delicioso y sin decisión. Luce como un cuerpo, un cuerpo vivo. Cuerpo suyo.

Se sonríe con lujuria y humecta sus labios con la rosada punta de la lengua, reconociendo lo atrayente que luce mientras entra poco a poco en el vestido negro que ha comprado. Y cuando se lo pone hasta él queda sin aliento: bajo el vaporoso y ceñido patrón de flores negras se le transparentan los brazos, las sombras de las clavículas, el pecho y el abdomen hasta casi el ombligo, pero pese a estar más tapada que si no llevase nada, su piel luce más tentadora. Los brazos parecen rodeados por enredaderas y hermosas flores que hacen de él una criatura del bosque. Las mangas le llegan un poco más abajo de las muñecas, haciendo parecer que esa sombra ceñida a su brazo es su piel y que el color de porcelana de sus manos es un guante elegante. El cuello al descubierto marca una curva suave, zurcida de negro en los hombros, acentuando la forma redondeada de estos como si el hueco entre el cuello y el hombro fuese un lugar que todo alfa quiere recorrer. Despacio.

El pecho y el abdomen son espectaculares, bajo el encaje floral sus pezones rosados parecen apetecibles, pero inalcanzables, la leve estrechez de su cintura, arte, y el camino descendente desde sus clavículas hasta su vientre un elegante jardín prohibido. León se voltea, viéndose la espalda: los omóplatos aparecen y desaparecen bajo las flores, que adornan una desnudez ya hermosa de por sí, desde la nuca, hasta perderse en la opacidad de la falda, la columna de León marca una línea oscura y que invita a ser tocada y lamida, el fino tallo que articula su jardín. La falda negra, holgada, que surge desde su ombligo hasta apenas cubrirle los muslos es hipnotizante. Se mueve cuando él lo hace, amenazando con enseñar cosas vulgares, pero cubriéndolas como con recochineo, brillando y pasando el destello de un lado a otro, con las ondas de la tela cuando una pierna se pone delante de la otra. Si León anda, cualquiera podría ahogarse en los hermosos bajos de ese vestido. Además, al ser corto le hace las piernas más largas y al negro acentúa más su palidez.

Cuando León sale del baño y Harry lo mira ambos podrían jurar que es la criatura más atrayente del mundo.

El omega se siente otro bajo el revelador traje y el príncipe enrojece cuando su amante se le acerca con paso lento y felino, mirándolo a los ojos. Verde y azul desaparecen en el enorme agujero negro de la pupila, como un cielo nocturno donde las estrellas se han extinguido. Los pequeños anillos de color contienen la profundidad de sus miradas y Harry es el primero en apartarla.

Garras de omega [EN AMAZON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora