70 (parte 2)

13.4K 1K 463
                                    

Delirante, León hecha su cabeza hacia atrás mientras Harry moldea su cuerpo para obtener la posición que desea. Él siempre ama ser fuerte, pero hay algo atrayente y prohibido en lo mucho que disfruta de ser dominado por su alfa. Le pone las piernas apoyadas en sus anchos hombros, para tener mayor acceso a su agujero y lo toma de los hombros con sus enormes manos; en la izquierda sigue teniendo anillos y el pinchazo del frío lo hace gemir. Ama esa sensación. Es como si el metal y el cuerpo de Harry estuviesen diseñados para ir juntos: uno tan gélido, el otro tan caliente.

León nota la presión de la cabeza del miembro sobre su entrada; tiene la certeza de que no entrará los primeros segundos, lo nota tan grande y duro y se ve a él tan nervioso y pequeño por culpa de su raza, que cree que será tarea imposible, pero entonces Harry empuja su cadera levemente y lo mantiene firme, abriéndose paso lentamente.

León grita deleitosamente mientras nota la punta adentrarse en su interior, abriéndolo, jodiéndolo como nunca. Todo su cuerpo se siente dividido por la mitad, nota como su hoyo se ensancha violentamente, como el espacio angosto pulsa y se abraza a la excitación de Harry, como su cuerpo sufre, pero se esmera por aceptar al gran príncipe como si rechazarlo no fuese una opción. Lo desea tantísimo.

—¿Duele, mi amor? —pregunta el alfa, inclinándose un poco sobre él y lamiéndole las lágrimas de las mejillas. León no puede responder de inmediato, apenas puede respirar. Mientras espera, Harry le quita los cabellos pegados con sudor a la frente y observa la forma hermosa en que su rostro se contorsiona en expresiones de dolor, placer y una pizca de miedo, al ser invadido por primera vez.

—Harry —León apenas tiene aliento suficiente para hablar, aun así besa al lobo, que sonríe por su tierno gesto, y luego lo mira a los ojos, el verde y el azul desapareciendo, hundiéndose en la negrura profunda, animal, de unas pupilas que parecen querer devorarlo todo y añade: —, quiero que me rompas.

El alfa tiene que morderse el labio para contenerse y una pequeña gota de sangre brota de él; está tan excitado que no siente el dolor, pero sí la lengua suave del muchacho lamiéndole la herida, dejando los rosados labios levemente rojos, como si tuviese carmín corrido. Harry le sonríe, pone una de sus manos al lado del cuerpo del chico, cerca, mostrando como es casi tan grande como el vientre del muchacho, con la otra le acaricia dulcemente el costado, delineándolo con la yema del índice y al llegar a la cadera lo agarra fuertemente haciendo que el muchacho se sobresalte y empujando un poco sus caderas. Unos centímetro de él penetran a León rápidamente, haciéndolo gritar y llorar.

—Tus deseos... —murmura el alfa en su oído, lame su cuello, muerde el lóbulo al subir y le respira en el oído despacio. Da otro brusco embate, entrando hasta la mitad. Todo el cuerpo del omega se estremece, le araña los brazos dejando largas líneas rojas en su camino, se le curvan los dedos de los pies y ladea la cabeza, exponiendo su cuello con alguna que otra peca y dejando que sus lágrimas caigan en la madera. Harry se espera a que los jadeos del más pequeño no sean tan altos, para decir. —son órdenes.

Se empuja de nuevo, entra un poco más y León esta vez trata de detenerlo poniendo sus manos en el pecho de Harry, suplicando ahogadamente por un respiro.

—¡Espera! ¡Espera! —dice casi ininteligiblemente. Tiene la cara totalmente roja, su entrada se aprieta deliciosamente sobre Harry, tomando su miembro con una estrechez que parece irreal. Y su interior es tan caliente, húmedo y suave que a Harry le cuesta parar, pero lo hace, esperando que la virginidad del más joven se amplíe despacio para acogerlo sin dolor.

—Pensaba que querías que te rompiese —se burla el alfa, a lo que León le manda una de sus miradas asesinas típicas de cuando está molesto.

Harry lo besa para relajarlo, deja que León sea el primero en usar su lengua y lo deja tomar el control del ósculo. A la vez le acaricia el cabello con una mano y con la otra, la que le sostiene la cintura con fuerza, le hace cariños con el pulgar. Cuando lo nota destensarse un poco sigue empujando, solo que más despacio; nota al muchacho temblar bajo su enorme cuerpo, tomar de él su virilidad en lentas, pequeñas dosis y aun así retorcerse y lloriquear, totalmente agotado. Hay algo en la delicadeza de León que le enciende demasiado, algo en que le cueste tomarlo entero lo prende muchísimo y el hecho de que aun así León desee seguir, ser poseído, impregnado, marcado por él... eso lo lleva demasiado cerca del límite. León rompe el beso, gimiendo y respirando agitadamente, sorbiendo, ahogándose incluso, en esos momentos Harry se detiene unos segundos, dándole tregua al cansado cuerpo del omega, luego sigue lentamente, pero sin piedad. Las piernas de León se cierran involuntariamente, pero Harry para para abrírselas poniendo sus manos en los muslos del chico y empujando muy levemente.

Garras de omega [EN AMAZON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora