Esta historia está a la venta en Amazon en todos los países, así que si queréis apoyarme, no esperar a las actualizaciones u obtener los capítulos extras solo disponibles en la versión de pago, podéis comprar este libro en físico o en ebook, que es mucho más barato (menos de 5 dólares) ^^
León asiente sin escucharlo, su cabeza está en otro lado o mejor dicho en otro momento. En el momento en que el alfa venga y ponga sus manos sobre él.
Kajat abre la puerta suavemente y se queda en el marco, a un lado, instando al omega a pasar. El lobito de León gimotea y araña dentro suyo, resistiéndose a dar un paso más. León arrastra sus pies, que se sienten pesados, y entra en la habitación con los ojos cerrados. Kajat cierra la puerta tras él, sus pasos se oyen alejándose y el chico, de repente, siente un terrible pánico. León se pega contra la puerta y sus dedos temblorosos palpan el pomo; podría girarlo, abrir la puerta y correr tras el único alfa que le da algo de confianza, pero sus dedos agarrotados no son capaces de tal movimiento. ¿Quién es él para reclamar la presencia del coronel? ¿O para desobedecer la orden del rey mismo?
Se separa de la puerta, angustiado, abrazándose al holgado abrigo y hundiendo la nariz en la tela negra. Intuye que es lana porque la cara le pica al rozarla, pero eso no le impide enterrar la nariz y aspirar el débil aroma del alfa que queda ahí. Se lleva los dedos a la nuca, acariciando su fuente de olor, e imagina que es la lengua de Kajat tranquilizándolo de nuevo, cubriéndolo de un aroma protector que le hace sentirse adormilado. No logra el mismo efecto que el alfa, pero se calma un poco, lo suficiente para abrir los ojos y ver la habitación del heredero del reino y su nuevo y primer amo.
Lo primero que le llama la atención es la iluminación. Una lámpara de araña con por lo menos veinte velas cuelga del techo, es de un tono dorado pálido que hace que la luz se refleje tanto como si el mismísimo sol hubiese enviado un pedacito de sí a esa habitación. Después sus ojos se ven rápidamente raptado por la cama, tan extensa como muchas de las habitaciones donde León ha dormido los últimos tres años. Las sábanas son de fina seda roja y en ellas hasta las arrugas parecen elegantes; hay cojines bordados tirados por aquí y allá con descuido, blancos y sin una sola mancha, pero con una fragancia que a León le recuerda a su hogar. Huelen al bosque después del roció. A la furia de la tormenta, pero también a la delicadeza con la que las gotas de agua se vuelven perlas sobre la hierba, a tierra mojada y fértil y a aire limpio, tan limpio... pero ahí no nada de eso, más que un largo macetero en la terraza del final de la habitación. Huele el polen de las flores coloridas que se asoman por la baranda de mármol, pero ese no el mismo aroma agradable y fuerte que hay pegado a las sábanas.
Se acerca a la cama, huele varonil también, poderoso, pero sin perder ese toque tranquilizador que lo hace sentir en casa. Por un segundo León está a punto de olvidar su miedo y lanzarse al lecho de un extraño para frotarse contra las sábanas cual gatito. Se recrimina esos pensamientos y al negarse ese placentero impulso gime de tristeza y se encoge. Vuelve a hundirse en su picosa ropa, recogiendo con su nariz respingona lo poco que queda del aroma de Kajat e imaginando que está a su lado.
El cabecero de la cama es de madera y de un encantador color crema más oscuro que el de la pared, construida a partir de piedras beige con pequeñas trazas a veces rojizas y otras más bien terrosas. No ha visto nunca una piedra tan bonita en Kez y le sorprende verla aquí, en Seth, no por su belleza, sino por su claridad. Pensó que el palacio de los lobos negros sería tan sombrío, oscuro y terrorífico como esas grandes bestias, que al verlo de lejos pensaría que es un enorme lobo agazapado. Pero está sorprendido y es una sorpresa grata: el palacio es claro, los criados vistes togas angelicales y parece que no haya un solo rincón de ese lugar sin luz. Le cuesta creer que en ese lugar que bien podría ser un templo vayan a llevarse a cabo los ultrajes y pecados que él sabe que todo alfa comete contra cualquier omega.

ESTÁS LEYENDO
Garras de omega [EN AMAZON]
RomantizmLeón es el último lobo blanco sobre la tierra, un omega que se oculta en el imperio de aquellos que extinguieron a su raza. Él aún no ha presentado, así que logra pasar desapercibido, pero cuando llega su primer celo él queda vulnerable y al descubi...