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León despierta con el sonido del metal chocando contra metal, viene de la ventana y está bastante seguro de que no se trata de un pájaro. Con los párpados pegados entre ellos por legañas, una extraña sensación de no haber dormido en días, y el sol pegándole más de lleno que las otras mañanas, se asoma por la ventana.

Desde ahí ve a Harry y a Kajat con su entrenamiento y eso solo puede significar una cosa: León ha dormido de más. No le sorprende demasiado, ayer Harry lo hizo moverse tantísimo que hoy su cuerpo se resiente a cada paso. Las agujetas en sus brazos no son tan malas, las nota solo si los tensa, pero sus piernas parecen llenas de pequeñas agujas que le pinchan cuando andan. Definitivamente necesitaba descansar y por eso se ha dormido, pero se siente mal por no haber llevado el desayuno a Harry, una de las pocas tareas que hace. Quiere pedirle perdón, pero ahora solo entorpecería su entrenamiento. León mira la mesita al lado de su cama ahora que está más despierto y que un olor rico le llama la atención. Hay una bandejita con unas gachas con frutos secos y semillas, todavía están calientes y lucen nutritivas y consistentes, así que León empieza a comérselas de pie, mirando a Harry luchar por mucho que sus piernas le duelan.

El lobo negro está usando ahora dos espadas, pero ninguna más pequeña que la espada que usó la última vez. Con ellas no únicamente para golpes y los asesta, como podría hacer si solo tuviese un arma, sino que hace todo tipo de engaños y movimientos que solo teniendo dos espadas pueden hacerse. Harry siempre tiene un pie delante y otro atrás, los cambia de posición, dejando que su mano derecha, la más fuerte pase de posición defensiva a ofensiva en cuestión de instantes. Cuando se defiende, una espada cubre los huecos que la otra deja libre y cuando ataca o se asegura de no recibir ningún golpe protegiéndose con la espada sobrante o de que Kajat esté en apuros, atacando con ambas en distintas direcciones para imposibilitar su huida o con ambas en la misma, martilleando la defensa de Kajat hasta hacerlo caer sobre sus rodillas en un par de ocasiones.

Harry no está recuperado del todo, entre jadeos, Kajat le chilla un par de veces que respira mal o se dobla demasiado por culpa de la costilla. Harry trata de corregir su estilo de lucha, no siempre exitosamente, pero pese a estar rindiendo menos de lo usual es suficiente para ponerle a León la piel de gallina. Harry se mueve tantísimo y tan bien. Incluso luchando León lo recuerda moviéndose parecido en su baile: movimientos certeros, fuertes y de una potencia casi sexual. La mirada brillante y eufórica de Kajat es casi de la de un amante cuando ambos se quedan sin aliento entre beso y beso. León suspira mientras la cabeza se le llena de recuerdos de anoche. Harry enreda la espada de Kajat en dos de las suyas y la hace volar lejos, dejando a Kajat con un solo arma y en clara desventaja, pero el coronel se pone serio y logra parar todos los ataques de Harry, incluso lanzar unos cuantos. Está perdiendo, pero no por mucho y eso que tiene la mitad de armas que su oponente. León se centra ahora en el gran comandante, su pelo negro corto, sus ojos fieros, oscuros, bajo pestañas tan largas como coquetas... le recuerda un poco a su hermano, solo que muchísimo más fuerte y serio, pero en lo guapo se le parece y también en lo decidido. Anven tenía la corpulencia de su padre y los ojos casi negros de su madre, la cabezonería de ella y el corazón bobo y bonachón de él.

<<Ahora está muerto>>

Kajat gruñe cuando Harry le quita su otra espada y cae de rodillas al suelo. El príncipe se le acerca despacio, sonriendo son socarronería, alzando la barbilla de su oponente vencido con el filo de la espalda. Por un segundo León juraría que Kajat se muerde el labio y lo mira con una sumisión sublime, pero al siguiente el lobo está agarrando el filo de la espada con sus manos callosas y lanzándola lejos, dejando a Harry con una sola. Harry ríe, tira su espada, y ambos se transforman en enormes lobos negros. Incluso desde la distancia León se siente sobrecogido por esas bestias. Se retira, llevando la bandeja a la cocina, porque por mucho que Harry esté ganándose su confianza la imagen de voraces lobos de pelaje oscuro siempre despertará en él una reacción nauseabunda. Harry es un lobo hermoso, pero sus colmillos, garras y rugidos despiertan recuerdos feos para León.

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