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—Mi casa es conocida por sus alianzas sólidas. Las otras casas se alían con quien es conveniente y un día una casa amiga se vuelve enemiga en cuestión de segundos por, quien sabe, cuestiones económicas, militares, lo que sea. Padre siempre me ha dicho que los Seth somos una casa de alianzas escasas, pero estables porque somos fieles y porque no nos aliamos con aquellos que hacen cosas que van contra nuestros principios, por mucho dinero, territorio o poder que vayamos a ganar. Tenemos dos grandes alianzas, ya lo sabrás, la casa de los lobos rojos, Vento, al otro lado de las montañas. Ellos controlan a las muchas casas que hay en su parte del continente y nosotros les enviamos riquezas y pelotones enteros: ellos son nuestros ojos y nosotros su fuerza. Al otro de las montañas no tenemos ni necesitamos más alianzas, hay muchos reinos, sí, el de Kez es el que tú conoces, pero habrá decenas más. Son muchos y pequeños, así que la casa Vento los controla fácilmente. Aquí, de este lado de las montañas, estamos aliados con los Herr. Los Seth controlamos la zona central de esta parte del continente y los Herr la superior. La inferior... está formada por decenas de casas de lobos rubios y solo una parte que no les pertenece, pero sí a nosotros, pero no siempre fue así.

<<Hace muchos años, cuando mi padre era un rey soltero en busca de consorte solo había tres reinos aquí en esta parte del continente. Los Herr eran el más pequeño, los Seth éramos el mediano y luego estaba todo el reino de los Raghs. Los Raghs eran lobos rubios, tenían un imperio gigantesco que abarcaba más de la mitad de este lado del continente y eran famosos por ser barbáricos, realmente barbáricos. Eran esclavistas, caníbales y proxenetas, usaban tácticas militares sucias y las mitad de sus acuerdos eran firmados a punta de espada. Mi padre se reunió muchas veces con ellos solo para contentarlos, pero jamás firmó un solo acuerdo. Los Herr estaban aterrados, no querían ser sus aliados, pero tenían miedo de que los Raghs arrasasen su territorio y la situación era tensísima. Padre conoció, en todas las reuniones, a la esposa del rey de los lobos rubios. Una mujer comprada en el mercado de esclavos. El rey tuvo otra esposa antes, un omega noble, pero jamás le dio cachorros, así que lo mandó a decapitar y se compró a una omega nacida como esclava para que llevase a sus crías. Aquí los omegas son importantes, pero allí, en el imperio Raghs, incluso los hijos de reyes eran violados, así que no importa que el rey se casase con una esclava porque los omegas eran vistos solo como objetos para tener sexo y cachorros. Papá se enamoró de aquella esclava y... oh, Dios, huyó con ella y la reclamó como su omega.

<<El rey del imperio de Raghs estaba furioso, declaró que mi padre había raptado a su reina y la guerra empezó. Padre convenció a los Herr de que no se mantuviesen neutrales y ambos se aliaron contra los Raghs. Por aquel entonces padre no era aliado de los lobos rojos de Vento, así que luchó con su ejército prácticamente solo. Los Raghs tenían demasiado territorio y padre no podía irlo tomando poco a poco, sus tropas morirían aniquiladas antes, así que atravesó sus tierras sin luchar y solo peleó cuando llegó a la capital. Padre mató a la manada real Raghs, nobles, príncipes y al mismísimo rey y declaro que la capital era propiedad de los lobos negros. El resto de las tierras de los lobos rubios, ahora sin su líder y con la capital llena de lobos negros, se fueron fragmentando en pequeñas casas y manadas reales que tomaron el mando de sus territorios. Por eso hay tantas manadas reales de lobos rubios, pero se oye hablar poco de ellas, son pequeñas, débiles, porque están separadas, son apenas una sombra de lo que su imperio una vez fue. Pese a ello esos pequeños reinos siguen siendo horribles: esclavizan a los omegas, se comen a los betas y a los alfas débiles los castran antes de que puedan presentar y los prostituyen.

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