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Un criado corre al jardín a avisar a Kajat y su protegido de la inminente llegada del príncipe Harry. El omega recoge las tazas vacías de ambos y hace una reverencia antes de correr al interior del castillo. Kajat le recomienda León que vaya a tomar un baño y espere por Harry en la cama, pero el chico hace oídos sordos y se queda con Kajat custodiando la entrada, en el salón principal.

—No se te da bien cumplir órdenes —le comenta el alfa, apoyado en la pared y rodando los ojos.

León se encoge de hombros, él no se considera servil, pero tampoco rebelde.

—Es solo que quiero ver al príncipe Harry. —responde distraído, jugando con los mechones sueltos de su trenza.

Kajat lo observa con la boca tensa, evitando una sonrisa enternecida.

—Estás preocupado ¿Verdad? Me ha dicho que te asusta más de la cuenta el asunto de los lobos rubios. —León asiente en silencio, torciendo la boca. Kajat sabe que no quiere hablar de ello, pero aun así lo hace: —Escúchame, lo que pasó a tu pueblo fue una tragedia, pero no es la norma. Incluso si atacan con más fuerza de la que podemos imaginar, no va a pasarte nada. Estás seguro en palacio, somos mucho más fuertes que hace años, León, somos un imperio verdaderamente poderoso.

—¿Y Harry? —pregunta subiendo la vista. Sus ojillos cian relampaguean con perspicacia, clavándose en los ojos castaños del alfa. —Harry no estará en palacio si atacan, estará en la guerra.

—Ha estado en muchas y estará en muchas más, León, ni tú ni nadie cambiará eso.

—No pretendo cambiarlo, me parece hermoso que luche por su pueblo en vez de simplemente dominarlo, pero eso no me quita la angustia. Puede morir. —escupe con crudeza. <<Comó papá y mamá, como Anven, como...>>

—Como todos. —Kajat le reprende, suavizando un poco su tono al comprender el dilema de León.

—¿Entonces qué me queda? Si solo puedo pensar que Harry morirá ¿Qué debo hacer? Me parece tan peligroso sentir cariño por nadie... —masculla el chico, apretando sus dientes. —Si tengo que pensar que puedo perder a todo el mundo igual que perdí a todo mi pueblo yo... no sé qué hacer con lo que siento.

Kajat se acerca a León sin mediar palabra y él se pone contra la pared tratando de huir de la cercanía. El coronel se apoya con una mano a la altura de la cabeza de León, con la otra le pinza la barbilla y le obliga a subir el rostro hasta que sus ojos se encuentran. Los del alfa son tan oscuros y brillantes, como un cielo nocturno con la luna llena resplandeciendo en el bello medio. León parpadea rápido y muerde su labio, Kajat es rudo y grande, lo suficiente como para hacer que se ponga nervioso con esos pequeños gestos cercanos. Confía en él, pero su omega reacciona instintivamente siempre que un alfa se le acerca de ese modo, por lo que al lobo respecta Kajat podría ser ahora mismo uno de los guardias de Kez.

—No estás preocupado por Harry como lo estaría cualquier siervo, tan siquiera un siervo que fuese su favorito. Te gusta ¿Verdad? Quieres que sea tu alf-

—Cállate. —ordena León con una hostilidad increíble. Acto seguido abre sus ojillos con desmesura y se tapa la boca, sin creerse que le haya hablado así al coronel. Un escalofrío lo recorre, paralizándolo en el lugar, luego reacciona con la voz aguda: —¡Lo siento! ¡Lo siento muchísimo! Lo siento, no sé qué me sucede, quizá es por el celo o...

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