Los años han pasado, la pelea contra Zeref queda atrás y todos en Fairy tail se dan la oportunidad de ser felices teniendo sus propias familias.
Nashi, la hija mayor de Natsu y Lucy trata de sobresalir por ella misma para no ser solo la sombra de l...
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La falsa Nashi observó con cierto miedo la imponente puerta frente a ella. Finalmente estaba en la entrada del gremio de Fairy Tail, el gremio que había sido protagonista en cientos de historias que le contaban sus padres cuando su hermano mellizo y ella eran muy pequeños, el gremio en donde estaba la mujer que había hecho que su madre muriera.
–Vamos, tú puedes hacerlo. –Se animó la falsa Nashi, tomó el largo cabello en sus manos para asegurarse de que este siguiera siendo rosado a pesar de que sabía que por su habilidad perder la forma de Nashi sería prácticamente imposible si ella no lo quería de esa manera. Finalmente tomó aire y abrió las grandes puertas.
–Estoy en casa. –Dijo tal vez no lo suficientemente fuerte, porque fueron pocas las personas que respondieron a su saludo. Avanzó con paso nervioso hacia la barra donde estaba Mirajane limpiando unos vasos.
–Bienvenida, Nashi. ¿Qué tal estuvo la misión? –
–Perfecto. –En cuánto supieron qué misión realizaría Nashi , su hermano y ella se encargaron de realizarla. Así no levantarían dudas del porqué la misión no se había realizado.
–Regresaste mucho antes de lo que pensaba, te fue muy bien realizando tu primera misión sola fuera de la ciudad. Te felicito. –Anshin sonrió falsamente, pues la noticia le había caído como un balde de agua fría. ¿Nashi jamás había realizado una misión sola? ¿Qué clase de maga no realizaba misiones sola de vez en cuando? Saber eso la dejó consternada, había cosas que desconocía de Nashi y eso era un gran problema. Desde hacía tres años había comenzado a planear todo junto a su hermano y desde entonces vigilaban cada movimiento de Nashi para conocerla y poder hacerse pasar por ella, pero decidieron omitir lo que sucedió antes de ese tiempo, supusieron muchas cosas y quizá ese error les podía costar caro. Tenía que salir rápido de ese gremio antes de verse arrinconada.
–Gracias. ¿Sabes dónde está mamá? –Solo debía encontrarse con Lucy, solo eso y le clavaría la daga envenenada que estaba escondida en su blusa. Solo necesitaba una oportunidad.
–Fue a la reunión anual de los magos santos, ¿recuerdas? –Mirajane la miró extrañada, como si fuera una respuesta obvia. Anshin se mordió la mejilla por la parte interna para mitigar las ganas que tenía de gritar. ¿Cómo pudieron pasar por alto algo tan tonto? Se concentraron tanto en lo que pasaba con Nashi, el puente hacia su destino, que olvidaron por completo el destino como tal. ¿Cuánto tiempo estaría Lucy fuera? Menos mal, Mirajane pareció descifrar su inquietud y aclaró su duda. –En una semana estará aquí, pero si la necesitas muy urgente puedo contactarla y sabes que ella vendrá enseguida. –Anshin negó con la cabeza, al menos eso sí sabía cómo funcionaba. Nashi jamás llamaría a su madre sin importar qué tan grave estuviera la situación, no lo hizo cuando se fracturó el hombro, ni muchas otras partes de su cuerpo, así que sabía que no lo haría por nada. Además, viendo como Mirajane levantaba una ceja de forma acusadora, como si sospechara, Anshin supo que ya no debía llamar más la atención. Debía recurrir a otra cosa, desaparecer mientras llegara Lucy.
