♛ CAPÍTULO 49 ♛

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POV ARASHI

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POV ARASHI

Una explosión de dinamita. Es la única forma que tengo de describir cómo llegué a sentirme. Yo estaba seguro de que Nashi aparte de mí no había besado a nadie más. Pero este beso tuvo mucha más experiencia. Estaba claro que ella ya no besaba como una niña y de esa misma forma yo tampoco era un niño. Sus dedos se enredaron con fuerza en mi cabello y mis manos fueron a su cintura. Podía tocar libremente la piel descubierta gracias al traje de baño que le quedaba tan bien a ella.

Su lengua rápidamente se mezcló con la mía y pude sentir en ese beso la necesidad que ella tenía por no acabar con nuestro contacto. Pude sentirlo porque yo me sentía de la misma forma. No quería, no podía parar. Sentí cómo me jalaba más hacia ella y antes de siquiera notarlo estábamos recostados en la roca, yo sobre ella con todo lo largo de mi cuerpo sobre el suyo. Por medio segundo entré en pánico y quise alejarme, pero la fuerza en su agarre no me lo permitió.

Decidí continuar con lo que fuese que Nashi estuviera haciendo, puse una pierna entre las suyas y con la otra sostuve mi peso para no recargarme en ella. Puedo decir en mi defensa que mi mano tiene vida propia, no lo pensé cuando de repente estaba recorriendo la piel de Nashi. Toqué sus brazos, su estómago y continué subiendo. De repente un sonido que jamás pensé vendría de ella se escuchó. Era un gemido.

Alegaré demencia, me volví loco.

Mi boca dejó la suya, comencé a dejar besos a través de su mejilla y luego de su cuello. Sus dedos se clavaron con fuerza en mis hombros, pero no me detuve. Volví a escuchar el gemido de sus labios. Continué.

Perdí noción del tiempo, del espacio y del lugar. Tal vez llevaba un tiempo diciéndolo, pero solo la escuché como un susurro ajeno a todo lo demás.

–Por favor, detente. Es suficiente, Arashi. –Frené en seco y me levanté inmediatamente. La miré recostada en el suelo, con la piel roja por las caricias y el sol. Su cabello desordenado y su cuerpo temblando. Tres marcas moradas rodeaban su clavícula izquierda. Miré horrorizado la escena.

–Pero, ¿qué es lo que te hice? –Susurré aterrado. Giró su cabeza hacía mí y pude ver sus ojos llenos de lágrimas y su respiración agitada.

–Estoy bien, tranquilo. Es solo que fue... intenso. –Se sentó y con los dedos trató de ordenar su cabello. Intentó acomodar la estrella rosada, pero sus dedos temblaban tanto que no pudo. –¿Podrías ayudarme a colocarla? –Preguntó tendiendo hacía mí la estrella. No me atreví a tocarla.

–No, no puedo. –Di un paso atrás.

–¿Puedes calmarte? Arashi, hiciste todo lo que te pedí, así que estoy bien. ¿Podrías dejar de mirarme como si fuera una copa de cristal que acabas de romper? –Preguntó enojada. Comenzó a ponerse de pie, pero al parecer sus piernas no sostenían su peso y cayó hacia adelante. Mi instinto me hizo atraparla en mis brazos. –¿Ves? Puedes tocarme y no voy a romperme. –Me miró con intensidad y no pude evitar pensar ¿cuándo Nashi se volvió... tan mujer?

Fairy tail. Una nueva esperanza y una última oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora