Los años han pasado, la pelea contra Zeref queda atrás y todos en Fairy tail se dan la oportunidad de ser felices teniendo sus propias familias.
Nashi, la hija mayor de Natsu y Lucy trata de sobresalir por ella misma para no ser solo la sombra de l...
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Cinco años han pasado, faltan tres meses para el cumpleaños número 16 de Nashi Dragneel. Todos esperan que sea la celebración del año.
–Mamá, no seas exagerada. Deja que cocine el pastel de cumpleaños de mi Nee-san. –Kasai Dragneel, de diez años, persigue por el gremio a su madre Lucy Heartfilia. Kasai ha crecido considerablemente, su madre no entiende cómo es posible que con su edad le llegue a la altura del hombro y ella no es que se considere de baja estatura.
–Ya te dije que no, Kasai. Sabes muy bien que tú y tu padre tienen prohibido entrar a cualquier cocina de Fiore por el incendio que causaron hace un año en Magnolia tratando de hacer pollo asado. –Kasai deja salir un ligero puchero y su madre debe apartar la vista rápidamente, sabe que de lo contrario él la hará cambiar de opinión. ¿Cómo no hacerlo? Kasai creció para volverse un niño hermoso, sus ojos verdes brillan con fuerza y hacen resaltar una sonrisa con pequeños hoyuelos en sus mejillas. Su cabello alborotado le da el aire de picardía suficiente para que la gente sepa que el pequeño puede conseguir lo que quiera con solo pedirlo. Es amable, dulce, divertido y a pesar de su corta edad se ha vuelto motivo de suspiros para muchas jóvenes en el gremio. Su magia, tal como Lucy había pronosticado, se volvió increíblemente poderosa, llegando a ser un punto peligroso.
A los siete años, su magia se salió de control de una forma que nadie supo explicar, asustados por lo que podría llegar a suceder, Natsu y Lucy encerraron parte de su poder en una lácrima de fuego que siempre está colgando en el cuello del chico, solo tiene permitido usar esa magia cuando la situación sea de vida o muerte y Kasai lo acepta sin problemas, no quiere que se repita lo que sucedió tres años atrás. No quería volver a lastimarse, ni volver a lastimar a los demás, no podría mirar de nuevo a los ojos a sus compañeros si volviera a quemar a alguien del gremio, menos sería capaz de mirar a Akuma, quien recibió una fuerte llamarada sobre su brazo y ahora deberá vivir toda su vida con la cicatriz del fuego de Kasai.
–Mami, por favor. Quiero hacer algo especial por el cumpleaños de mi Nee-san. –Lucy sacude la cabeza y con la mirada busca algo de apoyo, finalmente encuentra a Akuma sentada en la barra jugando un videojuego mientras espera a que llegue su madre, Mirajane.
–¡Akuma! –Con la mención del nombre Kasai inmediatamente deja de querer lucir tierno y su cara se vuelve roja escarlata. –Que bien que te encuentro, ¿podrías decirle a Kasai la terrible idea que es el hecho de que quiera cocinar un pastel para su hermana? –La mirada que Kasai recibe de Akuma le deja muy claro todo, él no va a poner un pie en la cocina. Satisfecha con la respuesta que esperaba de parte de la pequeña de nueve años es suficiente para que Lucy pueda irse tranquila a revisar que todo esté en orden con el gremio. Le encanta ganar una discusión, con un poco de ayuda, pero la ganó a fin de cuentas.
–¿Se puede saber en qué estabas pensando cuando se te ocurrió la brillante idea de hacer un pastel? –Kasai estaba desarmado y él lo sabía, no ignoraba cómo su lengua se enredaba con la presencia de la menor de los Dreyar, tampoco ignoraba que sus manos comenzaban a sudar y tampoco cómo su collar con la lácrima trataba de acercarse a la pequeña, seguramente con intención de recuperar la llama ya extinta en la piel de Akuma.
