Me observo en el espejo mientras peino mis cabellos. No pude dormir demasiado porque con miles de pensamientos en mi cabeza fue difícil concentrarme en cerrar mis ojos.
Elisabeth, Katharina y Hannah están sentadas en los sillones detrás de mí observando. Me imagino que siguen con los nervios a flor de piel porque no dejan de tener miedo, miedo a lo que puede suceder. Desde que les comente a ellas mis intenciones de dejar el palacio intentaron convencerme de no hacerlo, creían y siguen creyendo que de hacerlo dañaría terriblemente mi matrimonio y que la Casa de los Habsburgo-Lorena llegaría con represalias legales en mi contra. Pero estoy dispuesta a no quedarme callada. Tal vez sea egoísta pero quiero y necesito pensar de una buena vez en mi misma. Estoy cansada de hacer todo lo que me es posible por todos que me había olvidado de que yo misma importaba.
Tal vez lo peor que podrían imponer sería nuestro divorcio y mi exilio de Austria, pero ya no me, porque si a él dejo de preocuparle mi bienestar, entonces a mí también se me va a olvidar. Necesito ser feliz conmigo misma, no con alguien más y por primera vez desde que lo conozco me imagino una vida sin él. Antes no creía que podría encontrar a alguien como él, pero prefiero estar sola que mal acompañada como diría mi hermosa abuela materna.
-Estoy lista. -Termino de pasar mis dedos por mis cabellos. Y por primera vez en mucho tiempo me vuelvo a sentir yo misma. Con los simples jeans siento que por fin me he vuelto a reencontrar conmigo, con Alexandra. Siento como voy dejando el palacio atrás desde ahora.
Me giró para verlos. Ellos se ponen de pie y aunque se observa en el rostro de Elisabeth que no le agrada mi conjunto, pero estoy decidida a luchar conmigo misma y dejar a un lado las ropas formales que me impone el Palacio es un primer paso.
Las únicas personas que me van a acompañar son Hannah y Katharina, aunque me recalcan que no están seguras de sí mi decisión es la correcta o no, ellas insisten en hacerme compañía hasta donde quisiera ir.
Unos golpes en la puerta nos distraen. Se abre tras el empuje de Felix y al hacer una reverencia y observarme detenidamente, se extraña por mi conjunto, digamos que no es normal ver a la Emperatriz de Austria, todavía, vestir de manera más informal que de lo normal.
-Su Majestad, el Emperador y los Archiduques la esperan para desayunar.
《¿Qué?》 Me sorprenden sus palabras. Tiene tantos días que no me mandan llamar para las comidas al menos que tengamos visitas, por supuesto, las apariencias sí importan. He estado comiendo sola en la habitación, pero con la compañía de mis amigas en el Palacio.
-Disculpe, Felix ¿Tenemos visitas en el comedor? -Mi rostro debe de mostrarse confuso, pero cuando él responde que solo la familia me está esperando, me parece que se confirma mi expresión.
Me giro a las chicas para observarlas, tienen la misma expresión que yo, pero en sus ojos estalla una luz de esperanza. Algo que yo ya no quiero tener. Si me quedo, dejaré que todo continúe como hasta ahora y no puedo permitirlo. Debo ser egoísta y pensar una sola vez por mi, y ese momento es ahora mismo.
Cuando le pido a Felix que me disculpe con ellos dándoles una excusa él no me cuestiona o me objeta, al contrario, sigue mis indicaciones y desaparece de la habitación. Pero debo pensar rápido, si alguien viene a buscarme, entonces no podré zafarme de cualquier compromiso.
-¿Estás segura de que quieres hacer esto? -Me pregunta Katharina, sigue indecisa de que esto sea una buena idea, pero ni ella ni nadie sabe perfectamente cómo me siento más que yo.
Necesito esto, anhelo la libertad con todo mi corazón. Observo el reloj en mi muñeca, en este momento debe de estar esperando el auto que me va a sacar del palacio.
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The Crown
Historical FictionYo no quería una corona, una que implicaba muchos cambios y mucho sacrificio en mi vida. Esa corona no me hizo tan infeliz cuando estaba con el amor de mi vida, pero cuando regresaba a la realidad, todo era una pesadilla y a cada segundo, desde que...