Capítulo 50: La princesa heredera del Imperio Austríaco.

150 9 2
                                    

El tiempo va más despacio, como una escena a cámara lenta. Veo a los médicos a mi alrededor, quienes traen puestas sus batas médicas, con sus cubrebocas y preparando su equipo médico.

Todos están preocupados por mi salud y por la de mi bebé. Pero para mí, la salud de mi bebita es lo primero y si llegamos a estar en peligro, prefiero que a mí me dejen ir antes de tiempo que a ella quien recién va llegando a este mundo.

Las contracciones no las pude identificar al principio, pero cuando le hablaron a los doctores que están las 24 horas en el palacio y me revisaron, de inmediato afirmaron que estaban iniciando mis primeras contracciones, por lo que iniciaron lo antes posible sus planes que ya habían estimado con anticipación. Le dieron aviso a todo el mundo en el palacio, la corte, los archiduques y por supuesto a Max, quién dejo a un lado todo lo que estaba haciendo para acompañarme y estar a mi lado durante todo el trayecto hasta el hospital. Mientras íbamos en camino, le pedí a Jessica que le avisara a mis padres de que mi bebé ya venía en camino junto a nuestros amigos Sam y Matthew, por otro lado, dieron un aviso al hospital para que estuvieran listos para cuando llegáramos al hospital y que ellos mismos pudieran determinar mi salud y la de mi niña.

Pero al llegar, aunque escuchaba las voces de los médicos pedirme de favor que hiciera un esfuerzo por tranquilizarme, me era casi imposible ya que el dolor iba en aumento cada vez más y los comentarios que hacían eran lógicos para que se me generara una preocupación enorme. Digamos que el recibir una noticia de que mi bebé se adelantara a su nacimiento por 2 semanas y que les preocupa ver cómo será su estado de salud hasta que no dé a luz, pues no es nada agradable que digamos.

Quiero llorar del dolor que estoy sintiendo, del estrés que todos sus comentarios me están generando y de la preocupación que me causa esta situación. Había cuidado con detenimiento mi embarazo, seguí las instrucciones al pie de la letra para evitar una situación preocupante en algún momento del transcurso de mi embarazo. Pero me preocupa que mi embarazo se deba al terrible momento que viví hasta hace unas cuantas horas con Sophie en sus aposentos.

Combinar varios nombres en una sola habitación como: Sophie, Max y Philip fueron demasiado estrés para mí y si está situación llega a significar un problema grave para mi hija o para mí, definitivamente no podré dejar de culparme, porque yo tuve la culpa al aceptar ver a Sophie cuando precisamente había tratado de evitarla para no hacerle daño a mí y a mi bebé.

La sala está preparada por completo para cualquier situación que se pueda presentar. Veo suficiente equipo quirúrgico como para hacerme hasta diferentes tipos de cirugías. Mientras que a mi alrededor hay varios médicos y enfermeras que cuidan mi salud y la de mi bebé. Todos ellos intentan tranquilizarme, sobre todo las enfermeras que están a mi lado. La ginecóloga está al pendiente de la situación y está esperando la fase de expulsión.

Pero aún con toda esta situación, no me siento cómoda. No veo rostros familiares más que el de la ginecóloga y por ello me pongo más nerviosa, aunque ya me advirtieron que si no me tranquilizo puedo complicar más la situación no he podido lograrlo. Necesito apoyo moral en estos momentos y con urgencias. ¡Por Dios! ¡Lo necesito YA!

-¡Necesito a mi esposo! -Mi voz demuestra el dolor que estoy sintiendo.

Me advirtieron que en el momento que estuviera dando a luz, estaría sola con los médicos. Gracias maldito protocolo, ¡Gracias!

Aunque las enfermeras me explican que el hospital ha recibido órdenes por parte del palacio para no dejar entrar a ningún miembro de la familia imperial a la sala, eso no evita que en estos momentos exija algo que estoy segura que a Max le daría emoción.

-¡Escuchen! -Digo en voz alta, por lo que todos me prestan atención. -¡Ahora necesito a alguien a mi lado y ya que mi mamá está a 9,000 kilómetros lejos casi! ¡Necesito que dejen a un lado esas órdenes y le hablen a mi marido!

The CrownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora