Capítulo 51: En mi corazón tu vivirás

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Me quedo de pie en frente de la chimenea de mi área de trabajo, sosteniendo un portarretratos que yace normalmente sobre ella. La fotografía que contemplan mis ojos es una demostración de mi hermosa familia, las personas por las que antepondría mi vida para protegerlos.

Mi hermosa bebé se mostraba arropada por un hermoso conjunto de sedas blancas que demuestran la opulencia que se le dio desde el primer momento a mi hermosa niña mientras la llevo en mis brazos. Mi vestido junto con mi corona favorecían mi figura a pesar de tener unos cuantos días de ser madre primeriza, mientras que Max se demuestra erguido para presumir de sus medallas en el pecho con su traje oficial detrás de mí, como siempre lo he dicho, me encanta ver como luce con él. Ambos observamos los ojos de nuestra hermosa hija, intentando protegerla de todo el mundo ante el futuro que le espera. En ese momento, bautizábamos a mi hija y se convertía oficialmente en la Archiduquesa Viktoria de Habsburgo-Lorena. Mi hija se convirtió oficialmente en la princesa heredera de un gran imperio.

Sonrió ante la fotografía, no importa que piensen que estoy loca, observar fotografías así me pone sentimental.

Escucho unos golpes provenientes de la puerta, por lo que doy la orden de que pasen mientras dejo el portarretratos en su lugar y regreso a mi escritorio para tomar asiento en frente de él. Mi momento de descanso ha terminado, ahora solo espero que lleguen unos últimos papeles que tengo que revisar para poder terminar oficialmente mi jornada de trabajo.

-Adelante.

Jessica ingresa a la habitación, después de todo este tiempo ha podido adaptarse perfectamente a la corte austriaca y juntas hemos sido un gran consuelo la una a la otra. Sigue las instrucciones del protocolo para hacer una reverencia y toma asiento en frente de mi escritorio.

-Alex, aquí está el discurso que vas a pronunciar cuando sea la conferencia de prensa. -Me ofrece un folder con papeles dentro. -Si quieres que se realice algún cambio me tienes que decir para que se haga lo antes posible y quede listo.

Me dedico a leer detenidamente el discurso en mi mente. Quiero que quede listo desde esta tarde porque después ya no tendré tiempo para revisarlo.

Pasado mañana en la madrugada, me subiré al avión para hacer una visita cordial en la Casa Blanca. Se suponía que era un viaje que había sido planeado desde hace 3 meses, donde Max asistiría debido a que recibió una invitación oficial del gobierno del presidente de los Estados Unidos, pero no creímos que fuera a durar tanto cuando se sugirieron las fechas para ser el invitado más importante del país, por lo que Max pensó seriamente en tal vez posponer la visita para otro momento. Han sido meses complicados, llenos de trabajo para todos y tener que estar atendiendo distintas recepciones junto con trabajos de Austria sería para volverse locos. Por ello, le sugerí a Max que en vez de asistir él, fuera yo en nombre de él.

Se trata de una nación que es parte de mí porque ahí crecí y de ahí es mi familia paterna, no me molestaba en lo absoluto asumir ese papel y representar a las austriacas y austriacos en dicho territorio. Por supuesto que se contempló la idea tras mi sugerencia, esperaba que pudiéramos asistir juntos pero nos fue imposible y si él necesita centrar su atención por completo en los asuntos que tiene aquí, no tendrá que preocuparse. Desde nuestro tratado con Hungría he realizado diferentes actos extranjeros que me han dado mucha experiencia, además de que la opinión pública de los americanos me respalda al ser la emperatriz de un imperio muy importante actualmente. De esa manera, Max también podrá pasar más tiempo con nuestra hija y no tendrá que separarse de ella. Juntos la hemos criado y cuidado desde el primer día, pero es complicado sumarle a la ecuación el tener que dirigir un enorme país.

Termino de leer el discurso, me gusta lo que ven mis ojos, por lo que se lo entrego a Jessica.

-Es perfecto.

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