Ahora que la recepción del día de hoy a finalizado, puedo irme a descansar, pero no sin antes llamar a Viena para hablar con mi familia. La habitación en la que me encuentro no me da acceso hacia el exterior, la ventana está sellada por completo debido a que no desean que nada malo le pase a su invitada de honor, definitivamente extraño mi balcón en el palacio.
Hannah se retira de la habitación, no sin antes entregarme de nuevo mi celular. Estoy segura que por preocuparme en otros asuntos lo perderé de inmediato, así que es mejor que ella lo cuide por mí.
Espero hasta que escucho la voz de Max. Solo podré hablar con él porque aquí en Washington D.C. es casi media noche y en Viena deben de haber empezado apenas su día, por lo que Max debe de estar trabajando ya o apresurándose para iniciar con sus labores, en cambio Vicky debe de seguir dormida antes de que pueda levantarse para ir a la escuela.
-Hola, mi amor. -Su voz es como música para mis oídos y oxígeno para mis pulmones.
Observo el exterior desde un lado de la ventana, recargándome en ella y visualizándome una imagen de Max.
-Hola, te hablaba para saber cómo estas. -Siento que mis hormonas actúan como si fuera una adolescente nuevamente, es el efecto que él produce en mí. -¿Cómo esta Vicky?
Me preocupo por mi hija, me encantaría hablar con ella, pero los últimos días la agenda ha sido muy apretada. Solo quiero llegar a Viena para sacarla a ella y a mi esposo del palacio y meternos los tres a un avión que nos lleve directamente al Castillo de Miramar. Creo que hasta puedo fantasear con las olas de la playa.
-Mi amor, no ha pasado nada. -Su voz es una cobija que le da calor y tranquilidad a mi organismo. Creo que mi impaciencia por terminar el compromiso que tengo aquí no me deja pensar con claridad. -Tu tranquila, Vicky esta bien.
Sonrío al teléfono aunque ellos no puedan verme. Pero lo que escucho a continuación hace que mi corazón brinque de emoción y de alegría.
-¡Hola, mami! -La voz de mi hija hablando por teléfono es una verdadera sorpresa.
Ella debería de estar todavía en la cama para que más adelante pueda alistarse para ir al colegio. Desde el primer día Max y yo la hemos acompañado todos los días de ida y de regreso a palacio, pero ahora que no estoy presente Max la acompaña en todo momento.
Estos últimos cinco años han sido totalmente agotadores para nosotros, porque tener a una hija representa mucho tiempo invertido hacia su atención, pero no importa que me vaya a dormir hasta la madrugada y que pueda dormir cuatro horas o menos. Nada es mejor para mí que convivir con mi hija y hacer con ella lo que hizo mi madre conmigo, velar por mi bienestar y acompañarme en mi camino por la escuela cuando era necesario. Ahora es mi turno hacer lo mismo con Vicky y estoy más que feliz y agradecida por ello.
-¡Mi niña! ¡Qué sorpresa! ¿Cómo estás? -Pregunto sonriente al celular.
-Bien, mami. -Es una niña que tiene mucha energía y me la imagino que debe de estar saltando sobre los suelos del palacio, es una bomba para todos, pero una que da alegría tener al lado. -¿Y tú? ¿Cuándo vas a regresar? Te he extrañado mucho.
-Pronto, Vicky, ya lo veras. -Ahora, con las palabras de mi hija, quiero que los días transcurran lo antes posible, por suerte, en cinco días estaré nuevamente de regreso después de 15 días lejos de mi familia. -En cuanto este de regreso te llamaré para que tengas tus muñecas listas y las subamos al avión.
-¿Qué avión?
-Recuerda que querías ir a un lu...
-¡Sí! ¡Si quiero ir! Me prometiste que iríamos juntas, mami. Iríamos nosotras y papá a jugar con las olas.
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The Crown
Historical FictionYo no quería una corona, una que implicaba muchos cambios y mucho sacrificio en mi vida. Esa corona no me hizo tan infeliz cuando estaba con el amor de mi vida, pero cuando regresaba a la realidad, todo era una pesadilla y a cada segundo, desde que...