¡Por fin es el día! Lo he estado esperando durante lo que parece una vida entera y puedo decir que por fin ha llegado el momento. Ha sido la semana más larga de mi vida. Si los últimos nueve meses se me hicieron complicados y largos, definitivamente esta semana fue todavía peor. A pesar de que ayer fue la boda civil, todos los preparativos que realizaron para el día de ayer apenas me dieron tiempo de poder respirar.
Pude descansar en la noche pero solo unas cuantas horas. Estuve recostada en la cama, mirando hacia el techo y concentrando me en lo que sucedería el día de hoy. Me levante en algún momento de la noche para ir directo al balcón y sentía como mis pulmones agradecían el aire fresco además de que sucedió lo que tanto había estado esperando.
Max llegó inesperadamente en la noche a mi habitación. Tampoco él podía conciliar el sueño a pesar de haber sido un día sumamente cansado, pero en ese momento dejó de ser el Emperador para ser mi Max, el que había estado extrañando por varios días.
¡Ahora me voy a casar con Max!... Pero a la vez me voy a casar con una corona.
Estamos en camino a la Iglesia de los Agustinos, donde mi padre me acompaña en el carruaje real para entregarme hasta el altar. Vamos recorriendo las calles de Viena con una seguridad que nos protege por todo lo alto.
Las calles cerradas con gente a nuestro alrededor y la guardia imperial cuidándonos en nuestro trayecto hacen que vuelva a pensar en la posibilidad de que esto pueda ser un sueño.
-No es un sueño ¿verdad, papá? -Tengo que detenerme un momento para verlo a los ojos y dejar de saludar a las personas que intentan vernos desde lejos. -¿Todo esto es real?
Él también dejó de observar a las personas. Se veía tan elegante y guapo como siempre que ansiaba que me acompañara hasta llegar a Max. Con su mano envolvió la mía y le dio un ligero apretón mientras su sonrisa delataba por completo lo que pensaba.
-Tú has hecho que esto sea real.
Mi emoción se desbordaba y se hacía notar. A pesar de que la Archiduquesa Sophie ya me había advertido acerca de mi comportamiento, yo sabía perfectamente que tenía que estar concentrada en las siguientes horas.
En las calles hay todo tipo de gente, puedo ver en las expresiones de varias personas que no les agrada lo que están viendo y otras que sí, pero a pesar de que me entristece que ahora soy un juguete para ellos y para la prensa. La alegría que me da por casarme con un hombre maravilloso como Max, no tiene límites.
Nos detenemos en frente de la iglesia. Los caballos dejan descansar el carruaje. En el momento en que un guardia imperial abre la puerta mi padre es el primero en descender del vehículo, adornado con varios detalles en rojo y dorado que podría hacer creer a cualquiera que se trata de una reliquia muy bien conservada.
Él me extiende su mano para ayudarme a descender, se trata de una altura moderada pero eso no me limita a sujetarme con fuerza. Ha llegado el momento en el que demostraré la clase de mujer que quiero ser para esta nación y estoy dispuesta a que la monarquía sea diferente. Mi primer objetivo es estar siempre para mi futuro esposo, ambos necesitamos más del otro de lo que podemos admitir, pero también quiero hacer algo diferente. Hoy en día la monarquía es un tema tan cuestionable que con el paso de los años ha sido complicado para ellos seguir en el trono y más cuando ahora viven bajo la prensa y la luz pública.
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The Crown
Historical FictionYo no quería una corona, una que implicaba muchos cambios y mucho sacrificio en mi vida. Esa corona no me hizo tan infeliz cuando estaba con el amor de mi vida, pero cuando regresaba a la realidad, todo era una pesadilla y a cada segundo, desde que...