The Crown

Capítulo 39: El anhelo de un alma que clama por otra

La noche está estrellada y el viento sopla fuerte, pero golpea mi cuerpo y mi rostro de una manera delicada. Veo las estrellas que iluminan el cielo y a lo lejos logró ver las luces que iluminan a Viena y sus edificios que le dan vida a esta ciudad.

Conforme han pasado estas últimas semanas  de nuestro regreso he notado que las cosas han cambiado. No lo puedo creer, sigo sin creerlo en realidad. Las cosas ya no son iguales, si hay cosas que no han cambiado, básicamente Sophie y algunos comentarios de algunos miembros de la corte que me siguen llamando "La extranjera", pero después del éxito que ha sido la reconciliación con Hungría las cosas son diferentes. Ahora todos me empiezan a tener respeto, tanto los medios de comunicación, como la gente y hasta algunos funcionarios que poco a poco han ido cambiando su actitud conmigo y todo después del baile que hice en frente de todos junto con el Primer Ministro, parece ser que tras ello, me he ganado el respeto de algunos. El tratado de Austria-Hungría era algo que ellos deseaban con toda el alma, por lo menos la mayoría, estar reconciliados con nuestro país vecino, lograr eso en el reinado de Max. Pero yo creo que jamás esperaban obtenerlo de alguien que era extranjero.

No creí que lograrlo después de esa noche que acepte hacerme cargo de las negociaciones, al día siguiente Max le informó a su madre y a los funcionarios que yo me iba a hacer cargo. Por supuesto que al principio estaban confundidos, estaban como locos, furiosos. Sabían que si uno de ellos lograba la reconciliación con Austria era un pase directo a ganarse una gran confianza del Emperador. Solo recordar la reacción de Sopor y sus comentarios tras enterarse de la noticia es como... Música para mis oídos.

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-Pero... ¿Qué dices, hijo? -Sophie está desconcertada, no sabe como reaccionar. Su rostro es la definición de una pregunta sin respuesta.

-Así como lo oyes, madre. -Max esta tranquilo, relajado. A diferencia de ella, él si tuvo esperanza en mí.

-Pero, Maximilian... ¿Cómo es que Alexandra logro algo así?

-Yo tampoco lo sé, Sophie. -Le respondí segura de mi misma. -Al igual que tu, llego un momento en el que tuve poca seguridad en mi misma, pero eso cambio y logre algo importante para Austria.

-Pero tu... -Me observa extrañada, no sabe que decir al respecto y no la culpo. Al contrario, yo habría actuado de la misma manera.

-No hay nada más que decir al respecto, madre. -Max se acerca para tomar asiento en el mismo sofá en el que yo me encuentro. -Por favor, retírate. Mañana se va a hablar al respecto con los funcionarios.

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Sin embargo, para ellos ocupar un poco de la confianza de Max es algo importante y algo que solo pocos en la Tierra podrían presumir. Ese puesto, en cambio, yo ya lo había ocupado y lo he hecho desde hace años para su desgracia de ellos. Es cierto que con estos días he tenido que trabajar demasiado, pero era lo que quería, pensar en algo y mantenerla ocupada, lejos de mis sentimientos y de mis problemas personales. Me sirvió para ahogarme en él pero no del todo, fue malo después de que hable con el Señor Antall.

Sí, es cierto, y lo tenía bien considerado. Sabía lo que él quería de mí, no es la primera persona que se me había insinuado de esa manera y no sólo desde que había llegado, sino que a lo largo de mi vida, la cuestión es, que yo no podría serle infiel a Max. A veces me preguntaba antes de irme si él sería capaz de engañarme y todavía por momentos tengo esa duda. Pero después recuerdo que no me ha dado motivos para pensar en ello y yo tampoco le he dado motivos. Todavía recuerdo lo felices que éramos antes de todo esto, antes de la boda, antes de la coronación; pero poco a poco nos hemos podido acoplar, solo que ha sido a costa de mi inocencia, he tenido que aprender a ser ruda, a mostrar siempre mi carácter fuerte para poder enfrentarme a la maldita corte austriaca y con esa fortaleza he podido lograr la reconciliación con Hungría.