Mis manos comienzan a sudar. Los nervios me dominan y creo que finalmente puedo reconocerlo. Los latidos de mi corazón me hacen dudar de mis acciones pero es la primera vez en mucho tiempo que siento que estoy haciendo lo correcto.
—Llegamos.
Samantha estacionó la camioneta en el estacionamiento del restaurante. Juntas hemos decidido esperarlo en el interior del vehículo antes que enfrentarnos a la nevada que decidió caer desde la madrugada. Si Max no hubiera llegado desde ayer tal vez no habría podido aterrizar, incluso temí que cancelaran el partido.
—Sabes lo que esto significa para ustedes, ¿cierto? —me cuestiona. —Han pasado muchos meses desde la última vez que se vieron. ¿Crees que esto pueda definirlos?
Puedo intuir cierta duda en su pregunta, es algo que pocas veces escucho de ella.
— ¿Por qué lo dices?
Intento observar sus ojos para entenderla mejor pero ella me lo impide. Pareciera que quiere ocultarse de mí.
—Me refiero a que tuviste la oportunidad de verlo y acompañarlo después de la muerte de su tía —responde pero su tono de voz me demuestra que no quería hacerlo —. También tuvieron eventos de último momento y ahora la tormenta de nieve. Tal vez son señales de que esto no va a funcionar, ¿no crees?
Desvío mi mirada hacia la ventana.
《No existen las señales.》No puedo juzgar todos los inconvenientes que se nos han presentado. Es cierto que no planeamos tardar tanto en volver a encontrarnos pero no fue porque lo deseamos.
En numerosas ocasiones programamos nuestros tiempos para alejarnos del trabajo y que Max pudiera visitarme. Sin embargo, parecía que no podíamos cumplir con nuestros deseos. Después de que Max dejará la Kaiservilla, el palacio de Schönbrunn no dejó espacios libres en su agenda. A veces pienso que algunos en Viena intentan alejarme.
Por otro lado, la muerte de la archiduquesa Charlotte fue una noticia que acaparó a los medios estas últimas semanas, incluso creí que tendríamos que volver a posponer nuestros planes. "La Princesa Rebelde" seguía llamando la atención después de su muerte y eso, según Max, detestaba su padre. Quería acompañarlo en su duelo, pues anteriormente me había comentado lo cercano que se sentía a su tía, pero según él no era una buena idea que pusiera un pie en Viena por el momento. La prensa acechó a la familia imperial y seguramente mi nombre tarde o temprano habría salido en los encabezados de las noticias, por lo que mi mejor manera de consolarlo fue haciéndole saber que él podía contar conmigo siempre.
Todo parecía ir bien, pero me desperté con la sorpresa de ver el exterior cubierto en un color blanco que me hizo dudar de mis planes para los próximos días.
—No puedes decir que se tratan de señales —respondo con cierta dureza que no he podido controlar—. ¿Podrías alegrarte y decirme que todo saldrá como deba salir? Siempre lo has hecho pero ahora es diferente.
No me responde y su rostro no refleja alguna emoción o inquietud hasta que finalmente sonríe.
—Todo va a salir bien.
— ¿Lo crees? O ¿solo dices lo que quiero oír?
—Creo en lo que Matt me ha dicho —Se acomoda mejor en su asiento y la imitó de inmediato —. Dice que Max está loco por tí, solo quiere hablar de tí y que ahora todo se trata de tí.
Bajo la mirada y me río al pensar que así me ha sucedido con Brooke y Alfred últimamente.
—También lo creo por tí. No te veía tan feliz después de mucho tiempo —De inmediato regreso la mirada a ella —. Solo quiero saber si eres consciente que tal vez, después de esta noche, será difícil seguir adelante y no lo digo por ustedes como personas, lo digo por quienes son, especialmente por quien es él.
ESTÁS LEYENDO
The Crown
Narrativa StoricaYo no quería una corona, una que implicaba muchos cambios y mucho sacrificio en mi vida. Esa corona no me hizo tan infeliz cuando estaba con el amor de mi vida, pero cuando regresaba a la realidad, todo era una pesadilla y a cada segundo, desde que...