The Crown

✅Capítulo 8: El Punto de No Retorno✅

Debo admitirlo, me he quedado embobada con los hermosos paisajes que he conocido. En cuanto enviaron al personal del palacio para ayudarme con mis maletas y a prepararme para nuestra aventura del día me lleve con la sorpresa que Sam no nos haría compañía porque de acuerdo al mensaje que le dio al personal del palacio "Es un viaje solo de dos personas". Me conoce mejor que nadie y sabe que de estar ella presente me estaría refugiando detrás de ella para evitar a Max.

El viaje en la camioneta fue más rápido de lo que esperaba porque no tardamos tanto en llegar. Así como fue necesario ocultarnos con gafas, gorras, sudaderas y literalmente disfrazarnos para evitar que los locales y turistas reconocieran a mi acompañante en todas nuestras excursiones a lo largo de estas vacaciones, fue necesario repetirlo para una nueva aventura hacia uno de los pueblos más hermosos de Austria.

Mi primera impresión de Hallstatt me dejó boquiabierta. Las montañas nos rodean por completo mientras que el lago es la muestra de la belleza natural del lugar. Los edificios románticos y acogedores me traen recuerdos de mi infancia.

Aunque siempre tuve la sensación de que nos seguían los hombres de Max no me molestó ni me distrajo de todas las maravillas que el lugar tuvo para ofrecerme en el transcurso del día. Mi curiosidad del día está satisfecha después de haber conocido la mina, la historia del lugar y su invaluable belleza. Creo que si llegué a apreciar algo más que el resto fue el paseo en bote que pudimos realizar a solas en el extenso lago por donde llegó el barco que nos transportó hacia Hallstatt.

La noche comenzaba a caer y mis pies estaban protestando por el largo esfuerzo al que los había sometido, al igual que mi estómago que estaba impaciente por no recibir alimentos. Sin embargo, no podía dejar ir las artesanías que los locales estaban exhibiendo a los turistas.

— ¿Te gusta?

Max llamó mi atención e hizo que olvidara el colgante de pájaros negros que había empezado a imaginarlo en diferentes lugares de mi casa para acompañar la decoración.

La pintura que capturó mi corazón es a base de óleo que enmarca todo lo maravilloso del lugar. Sus montañas cubiertas de naturaleza junto con el lago le otorgan mucha vida y no dejan de ser coprotagonistas con la hermosa arquitectura que escala las montañas y llega a la costa con el lago.

—Me encanta —Es imposible que me niegue a ocultarlo—. Es absolutamente bello.

Pero mi felicidad dura poco tiempo al volver a la realidad. Es de gran tamaño y no me lo podría llevar conmigo para colgarlo en mi casa, así que me conformo con comprar el colgante de pájaros que es más pequeño y que puedo llevar como recuerdo y uno más de cristales verdes que estoy segura le encantará a mi mamá.

Al salir de la tienda nos detenemos un momento. Max me lleva con él hasta las orillas cerca del lago pero parece nervioso, seguramente está esperando que alguien lo reconozca pero hemos logrado pasar desapercibidos.

Hasta ahora ha cumplido con su promesa de no presionarme, ni siquiera le he visto la intención de mencionarlo. Aunque me ha encantado este día, ha sido imposible no evitar pensar lo que dicen mi corazón y mi cabeza y por las ideas que tengo planteadas creo que ya va siendo hora de conversar pero veo que no podrá ser posible porque uno de los hombres que nos venía siguiendo se acerca a Max y comienzan a tener una conversación sin sentido para mí. Reviso mi teléfono para ver los mensajes, algunos correos y capturar la puesta del sol tras las montañas para enseñarle a mi hermano Adrian y que por fin me diga que soy mejor fotógrafa que él.

—Alex —Sus ojos me evitan y su voz suena preocupada—, tenemos una situación.

De inmediato me hago a la idea de que tiene que regresar lo antes posible a resolver algún inconveniente pero mi idea desaparece cuando comienza a explicarse.