✅Capítulo 2: Bienvenida a Austria✅

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No descanse mucho en el avión, los viajes largos nunca han sido mi fascinación y el dolor de mi cuello es la prueba de ello. Llegar a Salzburg es el primer destino en nuestro viaje y como me gusta mantener todo organizado podré disfrutar de este viaje como ningún otro. Quiero conocer todo lo que nuestra estancia aquí nos pueda permitir. Salir del aeropuerto y sentir aire fresco en mis pulmones es una sensación de libertad y tranquilidad a pesar del frío a muerte que estoy sintiendo, pero mi sueño y el desfase de horario no han sido muy amables conmigo por decirlo de alguna manera.

—Muy bien, hay que conseguir un taxi dispuesto a llevarnos.

—Si me hubieras hecho caso una persona nos estaría esperando. —Sam batalla con sus maletas pero intenta avanzar en contracorriente con las personas presentes en el aeropuerto. —Mi amigo habría enviado a una camioneta para llevarnos a su villa y así habríamos podido llegar a descansar aún mejor después del vuelo.

 ¡No me quieras culpar a mí! ¡Te dije que buscaras vuelos sin escalas! —Le reclamo intentando ser un recordatorio de porqué tuvimos que esperar una hora más por la escala en Estambul.

 ¡Ya te dije que eran los más baratos!

¡Maldición! Me arrepiento de no haberme ocupado de los vuelos, estoy segura que pude haber encontrado otros asientos. El trabajo de la semana fue más pesado de lo habitual porque deje preparados los resultados de mis pruebas para mis compañeros y considerando que Sam fue a buscarme a la hora de la comida que me permitieron salir del laboratorio para ir directamente al aeropuerto, creo que es posible justificar mi sueño y mi dolor de cuello. Estas vacaciones han comenzado con mucho agotamiento físico.

Para nuestra desgracia, los taxis están ocupados a pesar de que la puesta de sol se produjo hace pocas horas. Las personas que intentan subir tienen que pelearse con otros que intentan tomarlos primero.

—Entonces... eso quiere decir que tu amigo puede costearse de un chófer ¿Cierto? —Decido abandonar la pelea de los vuelos para molestarla con su amigo. Solo espero poder continuar con el maldito frío.

—Bueno, eso y muchas cosas más. —Responde nerviosa.

Sonrió descaradamente lo que provoca su frustración y mi risa satisfactoria. Todos estos días he intentado sacar información de su amigo pero parece ser uno de sus mejores secretos porque los detalles que he obtenido no me han servido de mucho. Por lo menos, he podido ganar unas cuantas batallas.

—Ya lo conocerás mañana. —La paciencia y el guardar secretos son dos de las mejores cualidades de Sam. —Si hubieras aceptado a su chófer ahora mismo estaríamos en camino a Bad Ischl y tendrías un rico café en la mano ayudándote con el frío ¡Qué triste!

Disfruta verme sufrir con el cambio de temperatura. Podrá tener la razón, pero ella aparentemente es muy abierta con su amigo y a mí me incomoda llegar a una casa sin conocer al dueño.

Buscar un taxi resulta ser malo para mí, la paciencia no es una de mis virtudes a diferencia de Sam pero ella no tiene descaro al acercarse a un taxi claramente ocupado por una mujer pelirroja y pelear con ella por el taxi. No entiendo su intercambio de palabras alemanas pero considerando la falta de tacto de Sam puedo darme una idea.

De inmediato me apresura para subir mis maletas a la cajuela mientras que la pelirroja se aleja a buscar otro taxi mientras lanza al aire un repertorio de palabras seguramente poco educadas. Juntas nos ayudamos con nuestro equipaje y al momento de subir Sam me da la bienvenida a Austria. Los nervios intentan controlarme, viajar en un país desconocido para mí, de noche, a una ciudad diferente y con un desconocido no me ayuda mucho. Solo logra tranquilizarme la idea de estar acompañada por Sam. Me aterra viajar a oscuras con desconocidos.

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