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Chapter 3- La misión Portal de Arena [Sekiam y Naya (parte 3)]

Lo habían encontrado, eran unas antiguas ruinas medio enterradas en la arena. La puerta estaba en la superficie, pero Naya creía que el botón estaba situado en un nivel inferior. Decidieron sin embargo pasar la noche fuera y seguir cazando. Sabían que no saldrían de allí en bastante tiempo, y la comida dentro seria escasa por no decir inexistente.

-Sekiam. ¿A quién echas mas de menos?- Como de costumbre estaban tirados al cobijo de una roca. Cuando era de día normalmente se tiraban debajo de una y charlaban, se preguntaban cosas o dormían.

-¿A qué viene esa pregunta ahora?- Sekiam se había quedado patidifuso con la pregunta que le hacía Naya.

-No sé, ¿no puedo preguntar?- Normalmente solía responderle todas las preguntas, pero en esta estaba dubitativo. ¿A quién echaba más de menos? Eran tantas personas...

-Te importa si te la respondo más tarde, estoy entre varias.

-Valeee, tomate tú tiempo.- La aurora se empezó a vislumbrar por el horizonte. Naya se levanto y se sacudió la arena- ¿Qué? ¿Vamos?- Sekiam se levanto y asintió. Cuándo llegaron, descubrieron que la puerta estaba cerrada, y la verdad es que Sekiam no sabía cómo abrirla. Naya se acerco y toco la puerta.

-Sekiam, ¡mira esto! ¡Es arena! ¡La puerta es de arena!- Sekiam se acerco y pudo comprobar que era verdad, solo era arena.

-Pero si tenemos que abrirnos paso escavando nos vamos a quedar aquí todo el día.- Naya y Sekiam empezaron a pensar. Naya saco la mano de la puerta, ya que había hecho un pequeño agujero intentando averiguar que grosor tenía la puerta. En ese momento la puerta se derrumbo ante sus ojos.

-Bueno parece que lo conseguimos, ¡Y sin tardar todo el día! Supera eso, progamer.- Naya sonreía triunfal ante su descubrimiento y puso cara de burla a Sekiam

- No lo dudes, solo tienes que dejarme el próximo reto.- Si una inteligencia artificial pensaba que podía ganarle, no sabía bien con quien se metía.- Bueno ¿qué? ¿entramos?- Naya asintió- Las inteligencias artificiales primero. - Naya se inclino como si de una reverencia se tratara y paso al interior de las ruinas.

Todo era bastante oscuro, pero eso no significaba que no vieran nada. Sekiam iba con su espada personal desenvainada. Naya andaba sin ningún tipo de arma.

-Estoo... Naya ¿con que te vas a defender?- Sekiam paró en seco, pero Naya seguía tranquilamente.

-No te preocupes ya lo veras. No estoy tan indefensa como crees. Vamos, ¡Mueve ese culo!- Y empezó a correr hacia delante.

-¡Naya! ¡Espera!- Este también echo a correr por los pasadizos. Había arena por el suelo, por lo tanto Naya iba dejando huellas que Sekiam seguía. De repente los pasos de Naya se dejaron de oír. Sekiam se temió lo peor y corrió aun más rápido. Cuál fue su sorpresa cuando vio a Naya boquiabierta en una sala por la que entraban rayos de luz y arena por un hueco en el techo. En medio de ella se encontraba el botón de la zona. Estaba sobre una mini-pirámide de color anaranjado y se podían ver símbolos arcanos.

-¡Naya, lo has encontrado! Vamos, ¿a qué estamos esperando?- Sekiam ya iba a dar un paso cuando Naya le detuvo. Entonces señalo al suelo seria. En él había baldosas medio rotas. Naya golpeo con una patada a una de las piedra que se encontraba en el suelo y la baldosa en la que cayó se partió y dejo paso a un agujero enorme del que no se veía el fondo.

-¿Quería un reto, señor "progamer"? Ahí lo tiene, ya puede ir resolviéndolo.

-Y además rápido sino quiere probar el acero de mi espada- Una voz sonó detrás de ellos, una voz femenina. Un escalofrió recorrió la espalda de Sekiam. El que sientes cuando sabes que la muerte está cerca.