La nieve se había metido en sus botas, pero la verdad, no la importaba. Se habían metido en una cueva, la que había propuesto como posible lugar seguro antes de subir al árbol. Era una preciosa cueva con cristales muy pulidos, casi lisos completamente, recorriendo las paredes. Naya temblaba de frio a su lado. Habían decidido no hacer ningún tipo de hoguera, porque Máximo podría ver el humo gracias a un agujero que se encontraba en uno de los laterales de la cueva. Estaba encogida por el frio, a medida que la noche avanzaba pensaba que más pronto encontraría su final. Había intentado hacer una pequeña fogata un par de veces, evadiendo la idea de no ser vistas, pero Naya la había descubierto.
Naya se durmió de repente. Hacía tiempo que estaba en un trance por el frio, pero el sueño había podido con ella. Lyra se acercó para comprobar que no se quedaba fría. Lo que menos necesitaba ahora era perder a su compañera. De repente reparo en algo. ¡Las alas de Naya estaban rotas!
Estaba segura que la última vez que se había fijado estaban bien, pero ahora una de las alas estaba partida por la mitad, mientras que la otra estaba rasgada, como si se hubiera enganchado en algo y se hubiera desgarrado hasta romperse.
Lentamente se acercó para asegurarse de que así era. Extendió la mano y rozo levemente el ala izquierda, la desgarrada, con la punta de los dedos.
Naya reacciono casi al instante. Se movió a la velocidad del rayo hacia la otra pared de la cueva, dando un chillido. Casi pareció teletransportarse. Miro a Lyra, al principio con miedo, como si hubiera olvidado quien era. Después de unos segundos de tensas miradas, Naya pareció haberse relajado y se acercó lentamente hasta Lyra. Se sentó a su lado y miro al techo de la cueva. Poco a poco las alas parecieron recomponerse, pero Lyra entendió que solo era magia que Naya utilizaba. Después de unos minutos de silencio, Naya dijo con un susurro:
-Pregunta lo que quieras, no me importa responderte.- Lyra miro a Naya y comprobó que las lágrimas estaban a punto de salir por los ojos de esta. Lyra hizo un esfuerzo por no bombardearla a preguntas, aunque se moría de ganas, así que solo hizo un gesto. Un gesto de duda, de querer saber más. Naya pareció comprender la indirecta, porque son y la miro:
-Entonces quieres que te lo explique todo ¿no?- Lyra asintió sin dudarlo. Naya volvió a sonreír, esta vez más levemente y empezó su relato.
Bueno, debo empezar explicándote que yo no me llamo Naya. En realidad mi nombre es Clara, y la otra Naya, que en realidad se llama Blanca, y yo no somos la misma persona ni mucho menos. En realidad somos hermanas. Y aunque no lo parezca, nos llevamos 5 años.- Naya empezó a reírse por la cara que Lyra estaba poniendo- Nos criamos en un pequeño pueblo en lo alto de una montaña. Bueno en realidad eran tres casas contadas pero yo siempre lo considerare mi hogar. Yo soy la mediana...
-¿¡La mediana!? ¿¡Sois más de dos hermanas!?- Lyra no había podido reprimirse y se levantó al mismo tiempo en que chillaba. Clara la hizo sentarse para poder continuar con la historia.
-Sí, en realidad somos tres. Bueno, ¿por dónde íbamos? Es verdad, te estaba contando porqué tengo las alas rotas. Bueno, yo... acababa de aprender a volar. Era fantástico sentir el viento en la cara. Poder echar carreras, sentirte como una mariposa, mirar las estrellas un poco más ceca de lo que pueden hacerlo los demás, ser diferente al fin y al cabo ¿no?
"Una noche de mucho frio estaba mirando las estrellas desde la habitación. Hacía poco que había aprendido a volar, pero aun así me encantaba salir por las noches y ver la luna. Esa noche sin embargo, mi hermana mayor no me dejaba salir a volar. La noche era el mejor manto para volar porque así nadie nos veía. Yo, sin embargo, desobedecí a mi hermana y salí por la ventana de mi habitación. Estuve volando a través del pequeño bosque que se encontraba justo detrás de nuestra villa. Esa noche dance y volé entre los pinos, pero una tormenta de nieve me sorprendió. Me había alejado mucho de la villa, y hacia poco que había empezado a volar, además de que siempre había ido acompañada por mi hermana..."
-¿Y tus padres?- Lyra había estado escuchando atentamente el relato de Clara, pero no había podido evitar preguntarse porque no había mencionado ninguna vez a sus padres.
-Mis padres... Bueno... Ellos... Mi madre murió al tener a Blanca. Me dijeron que fue un parto complicado, y que tuvieron suerte al poder salvar a Blanca. Yo no me acuerdo de eso. Apenas tenía 5 años Mi padre murió unos meses más tarde. Fue una noche muy oscura, en que un derrumbamiento de la montaña hizo que perdiera la vida. Mi hermana mayor estuvo muy mal, lloro mucho después de eso. Yo casi no recuerdo nada de él. Es todo muy borroso.
- Lo siento mucho Na... Clara.
- No pasa nada.- Clara sonrió amargamente.- Ya te digo que no recuerdo casi nada de mis padres así que no tienes que disculparte. ¿Quieres que continúe con la historia?
-Si, por favor. Me gustaría saber que paso al final.
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Si, pero lo sabremos el próximo día XD. Eso si, depende de lo que queráis. Queréis historia de Na... Clara o queréis saber que talSekiam por el desierto. Así que ya sabeis: comentario por wattpad o por twitter. Espero que os haya gustado. Un besazo y un saludo de parte de PinkJeans ;)
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Historia de youtubers
FanfictionMuchos decimos frases como: "Me encanta este videojuego" o "Este videojuego me fascina". Incluso hay gente que dice "Es que este videojuego me ha atrapado". Pero, ¿que pasaría si en verdad el videojuego te atrapara?, ¿y si no te dejara salir?, ¿y si...