Un día de compras... algo rarillo

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Faltaba muy poco para que se pusiera el sol y seis sombrasse movían entre la multitud despreocupada que volvía a sus casas antes del toque de queda. Llevaban horrorosos trajes, la capucha calada hasta la barbilla, y siempre miraban al suelo. Cruzaron gran parte de la ciudad hasta llegar a una tienda que nodesprendía luz y en la que ponía el cartel de cerrado en la puerta. Uno deellos la empujo, y esta se movió produciendo un horrible chirrido. El interior,a pesar de lo que parecía desde el exterior, era luminoso y un par de bombillasiluminaban las vitrinas que se exhibían en el interior. Un hombre flaco perobien vestido se encontraba detrás del mostrador, una robusta mesa de madera. Dejoel libro de cuentas y sus gafas en la mesa y miro a los recién llegados.

-La tienda está cerrada. Vuelvan mañana.- Volvió a ponerselas gafas mientras volvía a mirar el libro de cuentas.

Blanca se quito la capucha y miro fijamente al hombre.

-Buscábamos a...

-Me buscan a mí, Sebastian. Puedes irte por hoy, ya revisaremos las cuentas mañana.-Una mujer se asomo por la puerta que se encontraba detrás del mostrador. Al verla, Sebastián hizo una breve reverencia,se levanto de la silla, cogió su sombrero y dedico una mirada por encima del hombro a los invitados antes de irse cerrando la puerta.

- Hola Blanca- La mujer se acerco al grupo y abrazo a Blanca. -Y a todos los demás, por supuesto.¿Qué te...? ¿Qué os trae por aquí?

-Necesitamos algo.

- ¿Y ese algo son... mis collares?-Blanca asintió.- Bien, pues pasad a esa sala de ahí.- Señalo la puerta detrás del mostrador. Todos pasarona la sala. En ella había una mesa consillas.

-Podéis quitaros ya las capuchas. Nadie os va a ver.

Lyra, Sekiam, Smiley Murki y Flye dejaron ver sus rostros y la mujer sonrió.

-Ya veo. No vais a necesitar cualquier cosa para ocultar vuestras auras, aunque lo necesitáis y urgentemente. Ahora mismo sois más llamativos que piojos multicolores. ¿Cómo habéis llegado hasta aquí?

-He sido yo. Yo he interferido en las auras para...- La mujersonrió y asintió a Blanca.

-Me lo imagino querida. Ya le dije a tu hermana que tu rama seria la magia. Bien, vamos a ver que tengo por aquí. - Se levanto y miro en un gran libro que había en un atril. Paso algunas páginas mientras los demás semiraban extrañados.

- Se que deben estar por alguna parte. ¿Por qué no dais una vuelta por la tienda mientras lo busco?

Los chicos no necesitaron que se lo dijeran dos veces. Lamujer en si daba algo de miedo. Era alta y esbelta, parecida a ese tal Sebastian. Su pelo era color caoba y sus ojos eran verdes. Llevaba un vestido rojo que parecía hecho de terciopelo, y su voz era bastante melosa.

Las vitrinas estaban muy bien cuidadas e impecables. Solo en dos de las aproximadamente veinte vitrinas se exponían anillos y brazaletes. Los demás estaban llenos de diferentes collares con retorcidos dibujos, preciosas figurillas y entramadas combinaciones de metales fundidos formando unos símbolos irreconocibles. Todas las joyas ya fueran brazaletes, pulseras, anillos o colgantes tenían un pequeño agujero en su centro. Todos los agujeros tenían forma circular.

-Mirad que colgante os gusta. Todos son diferentes y ningunoes igual a otro, así que elegid bien.

-¿Debe ser colgante? ¿No puede ser brazalete? A mí me gustanmás.- Murki fue directo a la vitrina de brazaletes.

- Yo no te recomiendo los brazaletes chico.- La mujer pelirroja había salido de la sala y se dirigía hacia él.- ¿Eres de la resistencia verdad?- Murki asintió.- Bien. Los orbes que se ponen en cada unode los colgantes, brazaletes, anillos, etcétera... Sirven para darte un suplemento extra de rapidez, ingenio, agilidad, fuerza... Depende lo que elijas. Bien,ahora ponte en situación. Estas luchando contra cualquier adversario y llevas uno de esos brazaletes que tanto te gustan. El adversario no es exactamente idiota y, de un tajo, te corta el brazo y tu querido brazalete cae con él. Tu suplemento con el que te mantenías a su altura y con el que podías hacerle frente ha desaparecido y ahora él es mucho más fuerte, ágil, listo y rápido que tú. Apenas te dará tiempo a impresionarte antes de que te atraviese con su espada. Sin embargo, si llevaras un colgante, alcanzarte el cuello es mucho más difícil que cualquier otra extremidad. Además, si esto ocurriera, seguramente sería imposible que pudieras continuar luchando. ¿Me entiendes?- Murki asintió tragando saliva.

- Además, seguro que entre mi mercancía habrá algo que teguste. Seguro que encontraras tu "kumiai"

-¿"Kumiai"? ¿Qué es eso?

La mujer pelirroja fue a responder pero Blanca se adelanto.

-Significa "unión". Cuando encuentras el contenedor del orbe perfecto para ti, ya sea colgante, brazalete, anillo... Los demás que intentes utilizar no servirán o no funcionaran como deberían. Los contenedores son frágiles hasta que encuentran su Kumiai, entonces serán irrompibles hasta que este muera. Si una persona no ha encontrado su kumiai, puede usar todos los contenedores que quiera hasta encontrar el suyo propi... ¿Qué hace esto aquí?-Blanca estaba mirando una de las muchas vitrinas con colgantes.

-Blanca...

-¿¡Que hace esto aquí Melody!?

-Tranquilízate Blanca, hablémoslo por favor.

Blanca estaba fulminándola con la mirada mientras la seguía hasta la sala de detrás del mostrador. Melody señalo a los chicos que sequedaran en esa sala mientras cerraba la puerta. Los chicos no lo dudaron y pusieron sus oídos en la puerta para escuchar lo que decían.

-¿Qué hace SU colgante aquí, Melody?

-No está en venta si te quedas más tranquila Blanca. No almenos sin tu permiso.

- Esa no es mi pregunta. ¿QUÉ HACE AQUÍ?

- Ella me lo cedió Blanca. Dijo que no era su kumiai y que...

-¡CLARO QUE ES SU KUMIAI MELODY!-Se oyó como alguien se sentaba en un sillón violentamente. Tambien fue ocupado el otro sillón, aunque este apenas chirrió.

-Blanca, ¿quieres llevártelo? Si no quieres ahora, puedes reclamarlo en cualquier momento.

Un incomodo silencio se oyó en la sala.

-Melody, ¿estás segura de que no es su...?

-No Blanca. Ella renuncio a él.

Se oyó un largo suspiro.

-¿Tienes la menor idea del poder que ese colgante alberga?Es...

-Blanca, me dedico a esto. Se cuando un colgante legendario esta dentro de estas paredes. Y créeme no es el único que está aquí. Es más, si te has fijado, aun tiene la piedra con el que me lo dio. No me atrevo a sacarla por lo que pueda pasar.

-La de fuego...- Blanca había susurrado esto, por lo que Lyra y los demás tuvieron que acercar mucho sus orejas a la puerta para oírlo.

-Se lo especial que es. Y aunque es muy especial para ti, note lo quieres llevar. Es demasiado incluso para ti, su propia hermana.

-¡Yo no he dicho nada de eso!

- Pero lo piensas. Ojo, que tampoco te culpo. No sé qué poder puede desencadenar, y hasta a mi me da miedo. Por cierto, veo que aun conservas el colgante que os di a las tres. Si, uno de mis primeros trabajos en cristal. Ya está un poco anticuado ¿no?- Alguien se levanto del sillón. -¿Quieres un poco de té?

-Sí, la verdad es que me vendría bien. Voy a preguntar a los demás si quieren.

Lyra y los demás se miraron al notar como unos pasos ibanhacia la puerta.

-¡Corred!- Flye susurro estomientras se alejaba de la puerta haciendo el mínimo ruido posible

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