¿Espías en el castillo?

185 5 0
                                    

Viana se paro en frente de una gran puerta de plata. Una aura mágica rodeaba la estancia y estaba segura de que Ana estaba dentro. Llamo a la puerta.

-Ana. Ana, abre, por favor.- No obtuvo respuesta, así que volvió a llamar. Esta vez, la presión mágica pareció desaparecer y convertirse en niebla. Viana sonrió para si misma y empujo la puerta. Ana daba la espalda a Viana. Estaba sentada en la cama mirando hacia la ventana. Viana entro silenciosa. Se sentó al lado de Ana y miro con ella a la ventana. Estaba pálida, y a veces algunas lagrimas se le escapaban de los ojos. No podía verla así, era horrible. De repente reparo que Ana llevaba algo en la mano. Era un colgante, con una figura de cristal como adorno. Un hada.

-¿Ana? !Me prometiste que no volverías a cogerlo¡ ¡Me prometiste que no lo harías!- Ana, que hasta ese momento parecía inconsciente, reacciono. Miro a Viana y empezó a llorar.

-No podía... Vivi, no podía... Es mi hermanita... No podía... Dejarla morir... Yo...- Ana estallo en sollozos y Viana no pudo mas que abrazarla intentando consolarla.

-Lo se, lo se Ana. Pero sabes que no puedo protegerte siempre. Y lo único que has hecho a sido darle un modo sencillo de hacerte la vida imposible a... quien sea el que esta haciendo de chivo espiatorio. Voy a intentar hacer todo lo posible por que...- Ana no aguanto mas y se derrumbo sobre la cama. Viana sabia que darle toda su energía a Blanca para curar a Clara no había sido la mejor idea de Ana. Pero la comprendía. Quito el colgante a Ana y salio de la habitación. Ahora ese colgante contenía un rastro de energía mágica imborrable, mas o menos el ADN de Ana. La persona que estuviera intentando sabotear a Ana podría utilizarlo para...

Llego a las mazmorras. Hacerse la mala junto con Ana era lo mas difícil que le habían pedido jamas. En realidad, lo que hacia con Vegetta era darle falsos recuerdos. Como por ejemplo el de una gran paliza. Abrió la puerta. Pobre, aun no se había despertado de la ultima "pesadilla". Reparo entonces en que Vegetta llevaba un colgante en el cuello. Era exactamente igual que el de Ana.

-Perdóname Vegetta. Te estoy metiendo en unos líos...- Cambio los dos colgantes y salio de las mazmorras cerrando la puerta tras de si.

Una sombra se materializo en la habitación.

-Je... No te fias de nadie, ¿eh Vivi? Je... Si hubierais estado atentas desde el principio... Bueno Vivi. ¿Donde escondiste el colgante?

Historia de youtubersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora