Chapter 3- La misión, portal gris [Vegetta y Willy (parte 1)]

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Era una maldita ciudadela desierta, hecha de piedra. Seguramente por eso el color gris del portal. Los monstruos aparecían de vez en cuando vigilando las murallas. Estos eran más feos, más fuertes, y sobre todo más listos que antes. Llevaban escondidos en una grieta, abierta en uno de los laterales de la muralla, desde hacía ya tiempo, no sabían exactamente cuánto.  La grieta era apenas un intento de cueva hecho por una bomba tiempo atrás. Apenas cabían los dos y las provisiones allí dentro. La verdad es que no tenían demasiada comida, y sabían que no durarían demasiado estando allí escondidos. Esperarían a la noche para intentar entrar en la ciudadela. Habían perdido los comunicadores al caer desde el portal, que se encontraba  a 2 metros del propio suelo. El golpe había partido los comunicadores y los circuitos no funcionaban, por lo que no podían contactar con el castillo. La noche se acercaba y decidieron prepararse. Una pistola con silenciador, el francotirador, la metralleta y una ballesta automática cargadas hasta los topes, los botiquines a mano, un gancho para escalar el muro e instintos asesinos era todo lo que llevaban, tampoco necesitaban nada más. Sin embargo, Vegetta no estaba convencido. Algo le inquietaba, algo de todo esto no cuadraba. ¿Por qué querrían dejarlos sin comunicación? ¿Qué tenía ese lugar de especial para querer que nadie se enterara? Vegetta volvió a mirar a su alrededor.  Willy afilaba el cuchillo que llevaba con una piedra. Se dio cuenta que el también lo había estado haciendo, instintivamente.

-¿Por qué crees que nos han encerrado aquí, Vegetta?- Willy tenía la mirada perdida, como todos últimamente. El único sueño que todos compartían en la resistencia cada noche era salir de allí.

-No lo sé.- Siempre le preguntaban eso, todos le preguntaban eso. Desde que Sylcred murió todos le trataban como líder. Pero él no quería nada de eso. Lo único que hizo fue movilizar a todos y seguir las instrucciones de Sylcred hasta llegar al castillo, pero después del accidente con las aeronaves, muchos dijeron que el debería ser el líder de todo aquello. Todo era una locura, todo. Volvió a mirar afuera, pensó en quedarse allí con Willy, en esa pequeña grieta hasta que el hambre los matara. Sin escuchar  preguntas estúpidas como “¿Saldremos de aquí?” Si, seria genial.

Sin embargo, cuando el sol se puso por el oeste y la oscuridad empezó a inundarlo todo, se deslizaron lentamente muy cerca de las paredes. El ruido de acero bailando se oía desde la grieta, pero ahora era ensordecedor. Seguramente los monstruos estarían entrenando en esa parte del castillo. Unos focos de luz se movían por toda la explanada para localizar a cualquiera que se aproximara. Willy y Vegetta se acercaron al punto en el que habían considerado conveniente escalar el muro. Era un gran agujero en la muralla causado, seguramente, por un cañonazo. Tenía buenos puntos para agarrarse escalando y las espadas sonaban lejos de su posición. Después de esquivar y matar guardias silenciosamente toda la noche, Vegetta y Willy se metieron por uno de los ventanales que daban al interior de un casillo de piedra, lleno de preciosos tapices y cuadros de los mejores videojuegos del momento. Los pasillos eran largos y anchos, con preciosos ventanales que dejaban pasar las luces teñidas gracias a las vidrieras que las protegían, creando así un efecto óptico precioso. Las cortinas eran de un color morado con bordados de hilo de oro. Las moquetas color rojo ocultaban el sonido de sus pasos a través del pasillo.

El sol había salido hacia apenas unos minutos, y sin embargo el castillo estaba bañado en luz. Un ascensor de luz igual al del lugar de reunión donde les habían intentado capturar empezó a emitir un ruido gracias a la energía solar que acababa de recibir, anunciando que ya funcionaba. Se dieron cuenta de que este llevaba hasta la parte más alta de la construcción. Una mirada basto para avanzar sin temor hacia él y pulsar el botón.  El ascensor subía despacio, dibujando símbolos de neón que aparecían y desaparecían en sus paredes. Vegetta seguía aferrado a su preciosa ballesta, seguía cargándola aunque apenas quedaba munición. Pronto tendrían que hacerlo todo de forma menos sigilosa. Miro a Willy y le pregunto:

-¿Y si esta fuera nuestra última batalla?- Enseguida se dio cuenta de que si algo salía mal, por mínimo que fuera, perderían la oportunidad de activar el botón. De repente Willy le miro incrédulo.

-¿Nuestra última batalla? ¡Qué dices!- Pero luego le sonrió y dijo riendo- ¿No eras tú el que siempre decía que “hombre con fe, vale por dos”? Yo solo sé, Vegetta,  que no pienso rendirme.  Nunca me imagine que tu, el gran Vegetta, fuera a rendirse ahora. ¡Échale huevos joder! ¡Que hasta la madre de Alexby le pondría mas animo!- Y en ese momento estallo en carcajadas. Vegetta, sin saber cómo tomárselo,  también empezó a reírse.

-Perdón tío, estado dándole demasiadas vueltas ¿no?- El ascensor se paro y los dos cogieron las armas a la vez, cargaron y apuntaron a la puerta.  Cuando la puerta se abrió, una horda de monstruos apareció.

-¡Si tío, te lo has pensado demasiado! Y ahora, ¡Concéntrate en la misión!- Los monstruos empezaron a gritar. Sin embargo ni Vegetta ni Willy se dejaron intimidar y a los pocos segundos estaban disparando contra las primeras filas de monstruos.

Vegetta intento hacer la gracia del día saltando sobre los monstruos y dirigirlos a Willy y matarlos antes de que le tocaran, aunque lo único que consiguió fue un grito ensordecedor de los monstruos que ahora venían mas enfadados.

-¡Céntrate Samuel, o te juro que vas a ser el siguiente en comerte un balazo!- Willy empezaba a desesperarse. -¿De dónde c*** salen tantos monstruos?

-Ni idea, pero como sigamos así se nos va a acabar la munición muy rápido. – De repente Vegetta reparo en un pequeño agujero en la pared izquierda. Era lo suficientemente grande para los dos. Si corrían lo suficientemente rápido llegarían sin problema, y se desharían de aquella comitiva de bienvenida.

-¡Willy!-Una mirada rápida al agujero hizo que este se diera cuenta del plan y asintió- ¡A la de tres! Una, dos y…- De repente un monstruo gigante apareció en el fondo del pasillo, y nada más verlos chillo y empezó a correr hacia ellos.

-Treeeees… ¡Corre Vegetta, correeeeee!- Los dos salieron corriendo hacia la pequeña escotilla.

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Heeeey que tal? Bueno a ver por donde empiezo, que tengo que deciros unas cuantas cositas. Para empezar, se que este episodio no es el que esperabais. Seguro que queríais saber que le iba a pasar a nuestra amiga Lyra y a nuestra amiga Naya. De momento no lo sabremos jejeje.
La otra cosa es que, por recomendación, he decidido subir DOS capítulos por semana. Así que lo haremos como con el especial, uno el lunes y el otro el jueves. Si os gusta bien y si no… pos también. Creo que no se me olvida nada, y si eso os lo diré el Jueves.

Así que un besazo y un saludo de parte de Pink Jeans

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