Eran tres; los portales desprendían reflejos cada uno de un color. Los elegidos, así llamados por todos en la resistencia, estaban enfrente de los portales. No tenían demasiados datos de lo que había al otro lado; pero por las indicaciones de Sylcred, sabían que no habría nada bonito. Delante del más grande se encontraban Sekiam. Este soltaba unos preciosos brillos anaranjados, y por el calor que desprendía junto con la arena y el viento seco, sabían que conducía a un desierto. Vegetta y Willy estaban delante del portal de reflejos grisáceos que se encontraba en medio, el cual no soltaba absolutamente nada, y que no habían encontrado nada sobre él en las indicaciones de Sylcred. Lyra se encontraba en frente de un precioso portal hecho de diamantes que desprendía nieve y un olor a pinos muy familiar. Naya estaba a su lado, temblando de frio. Era la única que no llevaba los trajes negros aislantes que todos habían encontrado en los grandes laboratorios del castillo, así como unos comunicadores parecidos a los cascos que usaba Lyra para grabar, y unos chips de seguimiento que identificaban si estaban vivos. Naya solo llevaba, además de su vestido negro y blanco, los cascos con los que todos se podían comunicar a través de la improvisada sala de control que habían montado en el sótano, varios pasos más allá de los portales.
A una señal de Vegetta todo se dispusieron a entrar en los portales, sin embargo Naya paro a Lyra y le susurro al oído.
-No sé qué va a pasar ahí dentro, pero no va a ser bueno.
-No pasa nada, mientras estemos juntas no va a pasar nada.- Lyra sonrió a Naya, pero esta no le devolvió la mirada.
-¿Que pasa? ¿No vas a venir?
-No, no es eso, es solo que...- Lyra miro interrogante a Naya, que, mientras sonreía a Lyra, la cogió de la mano y empezó a correr en dirección al portal. Y en el mismo tiempo en que arrastraba a Lyra, saltaba y la ropa le empezaba a cambiar grito:
-¡Alguien debe ayudar a Sekiam! ¿No?
Solo sentía frio. El olor de los pinos, el viento gélido y la nieve cayendo sobre su cara la hicieron volver a la realidad. No sentía su cuerpo, estaba agotada. Solo quería dormir, quería abandonarse allí mismo. De repente una nueva idea surgió en su cabeza. ¿Y si se dejaba morir? ¿Y si dejaba a el juego ganar? Sería tan fácil no moverse, no intentarlo, morir allí, sin preocupaciones, sin cargos, sin nada. Al fin y al cabo ella no había elegido aquello, podía hacer lo que quisiese ¿no?
En busca de la respuesta abrió los ojos, y la luz lo envolvió todo. Era un precioso valle lleno de nieve y pinos. Unos cervatillos corrían a través del hermoso valle. Un río de hielo bajaba y atravesaba uno de los laterales. Quiso quedarse, olvidar toda aquella pesadilla. Pero una voz interrumpió sus pensamientos. Era del auricular.
-Aquí base central del complejo resistencia. Responda equipo portal blanco por favor. Repito, responda.- La voz era de una chica. Era suave, y sin embargo parecía estar esforzándose mucho para que se la oyera. Lyra tuvo tentaciones de no decir nada, de tirar el auricular y quedarse allí para siempre. Pero lo hacía por Sylcred.
-Aquí Lyra, base del complejo de… amhh. Bueno, sí, que estoy bien- Un alboroto se monto al otro lado. De repente la voz de un chico ocupo la línea.
-¿Lyra estás ahí?- ¡No podía ser! ¡Era imposible! Él no había sido invitado a jugar la veta ¿no?- ¡LYRA!- Town estaba al otro lado de la línea, aun no podía creérselo
-¿T- Town? ¿E-eres tú? - Un dolor de cabeza invadió a Lyra cada vez más confusa.- ¿Q-que haces aquí?
-¿No lo ves? Ayudándote a pasarte el juego para que podamos salir de aquí. Bien, ahora escúchame y me respondes después. ¿Dónde estás? ¿Qué ves? Y sobre todo ¿Estas con Naya?- ¡Naya! Se le había olvidado completamente. Se levanto de un salto y miro por todas partes. No estaba; Naya no estaba.
-¡No está! ¡Town, no está!- Las lágrimas estaban casi cayendo por sus mejillas. La tranquilidad que había creído posible hacia apenas unos minutos había desaparecido de un plumazo. ¿Dónde se había metido Naya?
De repente Lyra sintió un escalofrió, y una sombra se movió entre los pinos. Lentamente desenvaino la espada y dejo que la sombra se moviera a sus anchas, cada vez la sentía más cerca, acechándola cada vez a menos distancia. Town la pregunto qué pasaba, pero ella solo le pidió silencio con un breve susurro. Se acercaba, lo sabía; había creído ver el reflejo del acero en su mano. De repente la sombra empezó a correr hacia ella. No era humana, aunque lo había pensado al principio, era apenas un monstruo con extremidades remotamente parecidas a las de los humanos. Un grito que salió de su garganta paralizo de miedo a Lyra, que dejo caer la espada. La criatura hizo una mueca como intento de sonrisa y se abalanzo sobre ella. Lyra grito antes de caer en el suelo paraliza por el terror.. Ya estaba el monstruo a apenas varios centímetros de ella cuando una flecha atravesó el cráneo de la bestia, que no llego a su destino y cayo antes de poder tocar a Lyra. De repente Naya bajo del árbol aun con el arco aun en las manos. Volvía a tener la cota de malla que llevaba cuando se encontraron en la sala de Sylcred. Las alas sin embargo estaban por fuera de la cota de malla. Nunca se había fijado en ellas, eran de un fucsia precioso. Además de que tenía un precioso colgante con un hada de cristal tallada, que además estaba brillando. Naya se aproximo al cuerpo del monstruo, que desprendía sangre que daba a Lyra ganas de vomitar. Se arrodillo y empezó a mirar por sus alforjas algo que pudiera servirlas.
-Na…Naya… Yo… Qui…quiero decir que…. Gr…Gracias por salvarme.- Lyra aun era presa de los espasmos de vez en cuando y de las arcadas, pero aun así logro balbucear lo suficientemente fuerte para que Naya lo oyera. Naya se giro de golpe y mostro una mueca de desagrado. Volvió a girarse y mirar en los cuerpos mientras hablaba.
-Podían haberte matado. No vuelvas a quedarte quieta nunca a no ser que ponga un cartel donde especifique que los monstruos son pacíficos- El sarcasmo de Naya dolió a Lyra en lo más hondo- ¿Preparada para irnos de aquí? Ah, y apaga el comunicador, nos detectan por las frecuencias.
-Pero Town esta…-
-¿Esta aquí? ¿Esta ayudándote a sobrevivir trayéndote comida o ropa? ¿O esta acaso muriéndose como lo ha hecho ese monstruo? Si no es así, apaga el comunicador.- Lyra sabía que tenía razón, al fin y al cabo ella era la que sabía lo que pasaba ahí.
-Hazlo Lyra- Town había estado escuchando al otro lado del comunicador- Sabemos que estáis bien y eso es lo que importa. Ya os podemos localizar y os daremos consejos por otros medios. No te preocupes todo ira bi…-
De repente Naya grito.-¡No lo apretéis! ¡No puede haber sido tan fácil! ¡Seguro que es una tram…!
A Naya no le dio tiempo a terminar de gritar, y cayó al suelo de dolor llevándose las manos a la cabeza. Lyra se agacho para ayudarla, preocupada.
-¡Town! ¡Town!- Alguien al otro lado de la línea gritaba con fuerza.
-¿Qué pasa?- Town se quito los auriculares mientras Lyra y Naya se acercaban para oír que decían. - ¿QUÉ?- Town volvió a ponerse los auriculares mientras murmuraba en voz baja.
-¿Town?- Lyra se estaba preocupando de lo que pasaba al otro lado. Pero Town no respondió, no al menos inmediatamente.- ¡Town, por favor dinos que pasa!
- Lyra…Uno de la zona… Ha…- Town no encontraba las palabras necesarias.
-¡MIERDA!- Naya dejo de llevarse las manos a la cabeza y la miro preocupada.- Game over. Los ha encontrado.
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Heeey que tal. Bueno hoy no os quejareis ¿ehh? Mas largo y os cuento el final de la historia. XD
Se que se ha quedado interesante pero hasta el proximo Lunes nada.Un besazo y un saudo de parte de Pink Jeans
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Historia de youtubers
FanficMuchos decimos frases como: "Me encanta este videojuego" o "Este videojuego me fascina". Incluso hay gente que dice "Es que este videojuego me ha atrapado". Pero, ¿que pasaría si en verdad el videojuego te atrapara?, ¿y si no te dejara salir?, ¿y si...