XXIII

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Ten estaba muy feliz, por fin su antiguo yo había vuelto. Adiós a sus horribles ojeras, adiós a esos lentes de sol, hola a su piel radiante y sus atuendos caros. Todo estaba perfecto con su mejor amigo, su relación había vuelto a ser la misma de antes también, de hecho estaba un 90% seguro de que ya no sentía nada amoroso por él.

El único problema estaba en que después de la pelea de él con Johnny el grupo se había separado. Ahora los únicos en la mesa de los reyes eran él y Winwin, Taeil a veces estaba con ellos e incluso Yangyang iba a visitarlos, Johnny se había sentado con su novio y su amigo. Trato de convencer a Winwin de pedirle una disculpa a Johnny pero este se negó diciendo que lo que él le había dicho a Johnny no había sido nada a comparación de lo que le había dicho a él.

Sicheng era alguien difícil de roer, así que simplemente lo dejo ser, sabiendo que tarde o temprano se iban a arreglar ellos mismos, así funcionaban las cosas entre los reyes.

Al finalizar las clases, se dirigió a la biblioteca con un humor mucho mejor. Quería ver a Taeyong, tal vez contarle sobre su día y besarlo.

Al final lo vio, dándole la espalda mientras acomodaba algo en un estante así que sigilosamente se acercó hasta él y tapó sus ojos, acercándose a su oreja.

—Adivina quien soy— Dijo, haciendo su voz lo más grave que podía.

Al instante, lo sintió ponerse nervioso.

—Ten— Contestó sin dudarlo, haciéndolo separarse riéndose.

—Se supone que dirías otra persona y así yo podría darte una pista y así decirte que era el amor de tu vida— Rió, sentándose en la silla mirandolo con una sonrisa—. ¿Qué hay?

Taeyong lo estaba mirando completamente sorprendido, con sus ojos abiertos de par en par mirándolo de arriba a abajo, como si no pudiera creer quien tuviera adelante.

—¿P-Paso algo?— Preguntó, haciéndolo fruncir el ceño.

—¿A qué te refieres?— Alzó la ceja.

—Es que luces... extraño, como el Ten de antes— Murmuró.

Fungió sentir dolor, colocando su mano en su corazón mientras lloraba con falsedad.

—¿Qué no te gustaba como era antes?— Preguntó con un puchero.

—A-Ah no lo mal intérpretes, me gusta como eres antes y ahora— Dijo rápidamente, haciéndolo sonreír.

—Entonces estas admitiendo abiertamente que gustas de mí— Asintió él otro ahogándose con su saliva—. Ah, Taeyong, que extraña forma de confesarte, esperaba que trajeras un cartel, unas flores y tal vez fresas cubiertas con chocolate, no, esas tienen un significado muy sexual, simplemente con chocolate.

Taeyong volvió a ahogarse con su saliva, comenzando a toser mirándolo con sorpresa. ¿Qué era todo lo que estaba diciendo?

—Y-Yo-

—No quiero excusas— Lo interrumpe alzando su mano frente a su boca—. Tengo algo para tí.

—¿Algo para mí?— Preguntó sorprendido.

—Ajá— Asintió, sacando una cajita envuelta en papel decorativo pequeña, dándosela—. Vamos, abrela.

—¿De verdad?— Preguntó atónito, tomando la cajita.

—Taeyong solo abrela— Rodó los ojos.

El otro asintió, descubriendo así una cajita con lentillas para el problema de su vista que era simplemente miopía.

—¿Tú...?

—Ah, ni se te ocurra no aceptarlo porque no sabes lo que tuve que hacer para conseguir tu historial clínico y así poder mandar a hacer esas lentillas— Bufó—. Son especiales para lo que tú tienes.

Taeyong se sonrojo enormemente, con sus ojos llenándose de lágrimas al recordar que nunca pensó que Ten le daría un regalo, mucho menos de esa magnitud.

—Y-Yo, ¿por qué...?

—Hm— Lo pareció pensar mirando su rostro—. Tus gafas son muy feas, además ese regalo me beneficia mucho a mí ya que así será mucho menos incómodo besarte, los dos ganamos, ¿no es así?

El más alto no pudo evitar sonrojarse en demasía por sus palabras, bajando su mirada a sus manos, haciendo una gran reverencia.

—Muchas gracias— Agradeció, escuchando la risa del otro.

Cuando volvió a alzar la mirada, Ten le quitó las gafas para dejarlas en la mesa y seguido de eso lo besó, sosteniendo su mejillas con ambas manos.

—No me agradezcas, de verdad me estoy haciendo un favor a mi mismo— Dijo, sin separarse de sus labios, volviendo a besarlo.

Taeyong correspondió a su beso, dejando las lentillas el la mesa en la que Ten se encontraba recargado para así no dejarlas caer, seguidamente dejando sus manos aferradas a su propia ropa.

Cuando se separaron, ambos tenían sus labios hinchados, Ten con una gran sonrisa en estos.

—Te veo después— Dijo, separándolo—. Por cierto, te ves lindo sin gafas, voy a extrañar decirte cuatro ojos.

Y sin decir nada más se fue, dejando a Taeyong con un ataque ahí mismo, sosteniendo su propio rostro con sus manos, completamente sonrojado con ganas de chillar de emoción ahí mismo.

Ten le había dado un obsequio, lo había besado y le había dicho que se veía lindo.

¿Acaso estaba muerto? ¿ese era el cielo? Si era así, no quería regresar a la vida nunca más.

Cuando salió de su trance, tomó sus cosas para salir de la biblioteca, con las nuevas lentillas en sus manos mirándolas con su estómago cosquilleando. Casi grita cuando chocó de frente con alguien, logrando agarrar bien la caja donde estaban las lentillas antes de que estas se caigan, mirando frente a él donde se encontraba Kun, quien le regresaba la mirada jadeando.

—¿Kun? Hola— Lo saludó pero este lo miro fijamente frunciendo el ceño—. ¿Esta todo bie-?

Calló cuando Kun le enseño su móvil donde se veía el vídeo de él besándose con Ten en aquella fiesta donde Yangyang los había grabado.

—¿Cuándo me planeabas decir?

Taeyong lo miro congelado sin saber que decir.













Sé que podrán pensar que Ten es bipolar pero no, así es su manera de arreglar las cosas, solamente llegando y actuando "bien" con la persona.

En fin, cuando se arreglan los problemas otros nuevos aparecen, y ahora Kun tiene el vídeo, ¿qué creen que habrá pasado?

Nos leemos luego!! 💗

Flawless Drama © | TaetenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora