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Suspiró mirando con reproche la puerta frente a él para después bajar su mirada al papel que indicaba que estaba oficialmente inscrito al club de danza contemporánea y que no podía hacer nada al respecto. Le gustaba bailar si, pero no era la clase extracurricular que quería, había preferido la de modas pero su madre le había dicho que no y, ¿quién era él para decirle "no" a aquella mujer? Apenas tenía 16, mientras fuera menor de edad debía vivir bajo sus reglas a pesar de lo molesto que le pareciera.

Resulta que los alumnos de primer año estaban forzados a tomar una clase extracurricular, habían varias, deportes, música, cocina, pintura, lectura, química, moda (que era la que quería) y danza contemporánea, que fue en la que terminó inscribiéndose porque su madre había dicho que el club de modas no le enseñaría nada bueno.

Abrió la puerta de la sala en donde se llevarían a cabo las clases, entonces encontrándose con ya varios alumnos dentro y al profesor que según recordaba era japonés y se apellida Takahashi. Se adentró de mala gana, casi encogido en si mismo para acercarse al profesor casi arrastrando los pies.

—¿Dónde debo anotar mi nombre?— Preguntó, alzando la mirada entonces topándose a un nombre de no más de 40 años quien lo veía con una escalofriante sonrisa que lo hizo encogerse de hombros incómodo.

Creepy.

—En la mesa de la esquina— Contestó señalando una lista y varios bolígrafos—. Llegas justo a tiempo.

Suspiró e hizo una reverencia rápida, para ir a la mesa, escribir su nombre en la lista para después ir con sus compañeros y sentarse con ellos en el suelo, casi al final con su mano en su barbilla aburrido.

—Bueno chicos, me presento, soy el profesor Takahashi y seré quien les este enseñando danza durante este año— Dijo sonriendole a todos—. Al final del año, los dos mejores alumnos tendrán los papeles protagonistas de la obra de Romeo y Julieta, ¿entendido?

Todos al instante comenzaron a asentir impresionados por aquellas palabras, algunos hablando de lo emocionados que estaban por este hecho hasta que lo miraron a él, sorprendidos porque tan solo se había cruzado de brazos no estando interesado en el papel protagónico en lo más mínimo.

—¿Ese es Ten Lee?— Preguntó una chica—. ¿El rey?

—Si, es él— Dijo la otra, que lo miro disimuladamente—. Será todo un sueño tener en papel protagónico con él, me esforzaré para hacerlo.

—No si te gano yo antes— Las chicas comenzaron a reír y él rodó los ojos.

—Bien chicos, primero quiero ver cuanta flexibilidad tienen todos— Vociferó el profesor—. Haremos unos cuantos ejercicios y quienes no la tengan muy trabajada tendrán que hacerlo porque la flexibilidad es importante para un bailarín, más si es de danza contemporánea.

Todos asistieron de acuerdo y en menos de un minuto se encontraban haciendo los ejercicios que el hombre les había indicado, quien había tomado la lista de la mesa para comenzar a leerla, quedándose con el nombre de Chittaphon Leechaiyapornkul quien a pesar de no tener mucho empeño en realizar los ejercicios resaltaba entre los demás porque su flexibilidad era la mejor y más trabajada, no pudiendo sonreír mientras relamía sus labios, mirando al joven hacer un split sin menor problema mientras que los demás aún se les dificultaba.

Ten había practicado gimnasia desde pequeño junto a su mejor amigo Sicheng, por lo que no era sorpresa de que su cuerpo sea increíblemente flexible, no teniendo menor problema en hacer los ejercicios que el proceso dictaba, aunque incluso si los hacía sin ganas porque en ese momento no quería resaltar no podía evitar sentirse incómodo por la fija mirada del hombre sobre él, como si de alguna manera estuviera disfrutando de la vista mientras relamía sus labios.

Flawless Drama © | TaetenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora