Estaba en casa de Ten, la real, y no creía haber estado tan nervioso en su vida antes. Según entendía sus padres estaban en un viaje de negocios en su país natal, y su hermana mayor estudiaba la Universidad en China por lo que ellos dos eran los únicos en aquella enorme y moderna casa, pues los empleados estaban descansando desde que los señores Leechaiyapornkul se fueron.
—Ah, es un horror estar aquí cuando no hay nadie— Se quejó Ten, cuando llegaron a su habitación, dejando sus cosas en un amplio buró.
Taeyong simplemente se mantuvo callado entrando en silencio con las manos en su espalda, luciendo más tímido que de costumbre.
—Puedes sentarte, iré por las cosas y después nos vamos— Le dijo el tailandés, él asintiendo para sentarse en una esquina de la amplia cama cubierta por una sábana gruesa de color coral.
El más bajo entró a un especie de armario gigante donde lo perdió de vista, así que se permitió mirar alrededor admirando la bonita habitación que este poseía y la gritaba su nombre por cualquier lugar que la veas. Las paredes eran blancas y en una de estás había una gigantesca ventana que mostraba las vistas a la piscina en el patio, justo a un lado se encontraba una pequeña sala que consistía en un sillón doble de color hueso con debajo una alfombra de un tono oscuro y frente una gran pantalla de televisión. También habían varias fotos grandes encuadradas de fotografías artísticas en tonos blanco y negro, todas con la misma temática de pasarelas, habían varias fotos en las repisas a lado de su cama donde se podía ver a él con su familia y sus amigos. Se le revolvió el estómago al ver una que resaltaba donde se veían a él y a Winwin posar abrazados con amplias sonrisas, luciendo como una pareja de novios.
—¿Te gusta mirar mis habitaciones, verdad?— Se rió Ten, saliendo del clóset con varias prendas en sus brazos, las cuales dejó colgando en un perchero donde ya se encontraban accesorios variados.
Al parecer notó donde estaba su mirada posaba, así que rápido se acercó a tomar la fotografía y voltearla.
Taeyong avergonzado volvió su mirada al frente, pensando en lo mal que había sido estar mirando todo aquello sin su permiso.
—Lo lamento— Se disculpó, jugando con sus manos.
—No te preocupes— Dijo este cuando sintió la cama hundirse detrás de él—. No me molesta tampoco.
Mordió fuertemente su labio interior cuando sintió su presencia detrás de él y justo después de eso sus manos en sus hombros.
—¿N-No deberíamos irnos ya?— Pregunto nervioso, sintiendo su estómago cosquillear de esa molesta manera.
—Nop, aún tenemos tiempo— Contestó, posando sus labios sobre su cuello haciendo que apriete con sus manos la sábana así evitando haber soltado algún ruido indecente.
Ese era su punto débil.
—T-Ten— Pronunció tembloroso.
—Shh— Siseó este, antes de tomar su rostro y hacer que ladeé este para así besarlo.
Taeyong no se negó como de costumbre, era débil cuando se trataba de él así que correspondió, haciéndose un poco atrás cuando el más bajo lo atrajo, poco después subiéndose encima de él con sus rodillas a los costados de su cadera.
—Ten, y-yo— Habló cuando se pudieron separar.
—No pasaremos a nada más intenso, solo cállate— Gruñó, volviendo a besarlo, solo que esta vez totalmente encima de él.
Correspondió, permitiendo sus manos subir a sus caderas sabiendo que a el otro le gustaba cuando lo tocaba. El tailandés al parecer reaccionó bien, pues pasó a profundizar su beso, introduciendo su lengua a su cavidad bucal, mientras con sus manos tocaba su estómago por debajo de la camiseta.
ESTÁS LEYENDO
Flawless Drama © | Taeten
FanfictionChittaphon necesita comprender cual es la obsesión del chico del que esta enamorado, quien por cierto, es su mejor amigo, por besar a las personas que tengan labios atractivos, así que no encuentra mejor conejillo de indias que Lee Taeyong, el chico...