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Al fin habían terminado con la organización de la fiesta de bienvenida que habían hecho desde que entraron. Esta tenía una temática diferente, pues era una fiesta de máscaras lo cuál le daba un toque más elegante pero sin borrar la emoción de ser una fiesta de adolescentes. La fiesta se había llevado a cabo en casa de Taeil, pues era la más grande y la única disponible.

Él hacía rato que ya se encontraba ahí, con una gran sonrisa de satisfacción en sus labios sabiendo que se veía más que genial aquel día, llevaba un traje diseñado especialmente por el padre de Sicheng quien había tenido el detalle de diseñar los trajes de ambos, quiso inspirarse en los cisnes así que para él escogió un traje negro con detalles de plumas de cisne (obviamente cinéticas) en algunas partes del traje como los bolsillos, el cuello, los dobladillos del saco y las muñecas, además de que su antifaz era de plumas negras, en cambio el de Sicheng era prácticamente lo mismo pero en blanco. Eran como el yin y el yang, simplemente ellos dos, Ten y Sicheng.

Pero hacía tiempo que estaba solo y no sabía nada del chino.

Bufó molesto cuando un chico borracho cayó casi encima de él, saliendo de la multitud de estudiantes bailando para ir a la cocina, con su antifaz fuera porque se sentía completamente agobiado después de haber estado buscando a su amigo por toda la casa. Tenía una mezcla de preocupación, celos y molestia, se supone que debían estar bailando juntos en ese momento, él se lo prometió pero ni siquiera le había dicho nada cuando se fue.

Con unas inmensas ganas de ir a un lugar tranquilo subió las escaleras yendo hacía el baño del piso de arriba a sabiendas de que estaba prohibido ser usado por otros que no sean los reyes o su círculo de amigos. Cuando entró de golpe, se quedó en shock con sus ojos lagrimeando al verlo, Sicheng estaba besándose con un chico desconocido sentado sobre el lavamanos, con las manos en la cintura de aquel imbécil.

—Así que aquí estabas— No pudo evitar reír sin gracia.

Sicheng al instante comprendió que Ten lo había estado buscando pues este se comportaba siempre de la misma manera cuando lo hacía.

—Dios Ten, no podía estar todo el tiempo contigo— Se quejó alejando al chico—. Tengo mi propia vida.

Ten abrió los ojos sorprendido por sus crudas palabras. Sabía que no lo hacía para hacerlo sentir mal, pero fue lo único que logró haciendo que sus ojos se llenen de lágrimas y todo su cuerpo empiece a temblar.

—¿Y es así como la quieres pasar?— Preguntó y miro al chico quien lucía incómodo—. ¿Tan siquiera lo conoces?

Sin darle la oportunidad de decir algo simplemente salió, cerrando la puerta de un portazo para caminar hacía la cocina, apartando a todos de su camino mostrando todos los sentimientos negativos que su cuerpo estaba cargando en ese momento. Simplemente quiso estar desconectado de todo, así que tomó una gran botella de whiskey y se fue al patio sabiendo que Johnny y Taeil estaban ahí junto a un amigo universitario.

Se fue a sentar a lado de Johnny, este mirándolo confuso y abrió la botella para dar un gran trago ignorando el ardor en su garganta.

—Uff, alguien si que tiene que ahogar penas— Se rió Chanyeol, antiguo rey que ahora estaba en la universidad y quien por supuesto, no se pudo olvidar de la fiesta.

—Que te jodan— Dijo simplemente, después de haber dado el trago.

Taeil lo miro preocupado.

—Chanyeol, ¿qué tal si vamos por más bebidas?— Le preguntó y este asintió—. Solo adelantate un poco por favor, yo iré detrás de ti.

Este terminó aceptando y se fue.

—¿Está todo bien?— Le preguntó Taeil y él lo miro con lágrimas en sus ojos sin poder aguantar más.

Flawless Drama © | TaetenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora