CAPÍTULO 49:BAJO UNA NUEVA LUZ

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Al ver a Zhou Yuhu inmóvil en el suelo, estaba claro que había perdido el conocimiento. El árbitro luego informó que Zhou Yuhu no tenía lesiones graves y que se despertaría en un momento. Sin embargo, sus heridas todavía necesitaban ser atendidas; además, tendría que descansar durante más de un mes.

En cuanto a la competencia de lucha de la ciudad que se celebraría en tres semanas, Zhou Yuhu podía olvidarse de participar.

Las miradas de todos se dirigieron hacia Shi Feng. Miraron su cuerpo delgado y débil, inhalanado un aire helado cuando recordaron la fuerza explosiva y aterradora que había sido capaz de demostrar. Cuando pensaron en las palabras que le habían dicho antes, el sudor frío comenzó a correr por sus espaldas sin parar.

En ese momento, la expresión de los estudiantes mientras miraban a Shi Feng había cambiado por completo. Ya no había nada de desprecio en sus miradas. En cambio, había un miedo profundo. El tercer estudiante de la escuela había sido derrotado en un solo intercambio. ¿Quién más podría convertirse en el oponente de Shi Feng?

Si él deseara encargarse de ellos, las consecuencias que enfrentarían serían inimaginables. Por otro lado, se habían atrevido a ceder la recomendación de Shi Feng a Ling Feilong.

Al pensar en ese punto, los corazones de los sedientos de sangre caliente de antes, comenzaron a latir con locura.

El Cerebro Central, entregó a Shi Feng la tarjeta de membresía para el Centro de Entrenamiento Osa Mayor y diez mil créditos. Después de lo cual observó a todas las personas que estaban fuera de la arena de combate. Cuando algunos de los estudiantes menos valientes se encontraron con sus ojos profundos, sus piernas se debilitaron repentinamente a medida que perdían la conciencia, soltando espuma por la boca.

Maestro, esto no es bueno. El pequeño Liu se ha desmayado.

Antes de que esa frase pudiera terminar de decirse, otro estudiante se cayó al suelo...

Mientras tanto, los estudiantes que permanecían de pie comenzaron a asustarse profundamente. Shi Feng era demasiado aterrador. De hecho, dejó tiesos de miedo a dos estudiantes con solo mirarlos a los ojos. Sin embargo, también sentían envidia de los dos que perdieron la conciencia. Si se hubieran desmayado, no tendrían que soportar tanta presión en ese momento. En aquel instante, el aire que los rodeaba estaba quieto, como si estuviera congelado. Respirar empezaba a ser dificultoso para ellos, e incluso sus extremidades se sentían pesadas como si estuvieran rellenas de plomo.

Reencarnación del supremo dios de la espadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora