Ava
La luz matutina entra por mi ventana abierta de par en par, amo dormir con ella así pero odio el sol golpeando mi cara sin compasión todos los días, no soy su fan. He despertado antes de lo debido y decido volver a dormirme para no malgastar mi tiempo sagrado de sueño, y justo en el momento que caigo rendida otra vez suena la alarma de mi celular.
Así no hay quien viva.
—¿Será por dios que no puedo dormir tranquila? —le murmuro a la almohada mientras hundo mi cabeza en ella.
No han pasado dos minutos y ya está mamá sargento saboteando mis planes de quedarme durmiendo, siempre son deseos fallidos. Amo dormir y si a eso le sumas que me quedo toda la madrugada despierta haciendo todo menos lo que debo entonces mi amor se duplica.
—Buenos días, señorita —mamá canturrea en un tono juguetón con una expresión alegre cruzando su rostro.
—De buenos nada, serían buenos si pudiera seguir aquí de por vida y no mover un dedo fuera de esta cama —gruño en protesta.
La veo por el rabillo del ojo cruzarse de brazos. —Ava, no es culpa de nadie que te pases la noche despierta y al día siguiente estés hecha un zombie por eso.
Emito un gruñido de frustración mientras me estiro.
—Vamos cariño no refunfuñes más y acaba de levantarte de ahí, no debes llegar tarde, eso es uno de los peores defectos que puede tener alguien —me dice mientras me quita la sábana que me cubre.
Y así comienzan mis días siempre, el sol en mi rostro, no querer despertar, mamá de puntual empujándome fuera de mi nido —así le llama a mi cama pues dice que siempre tengo un reguero enorme ahí— y por supuesto no pueden faltar las lecciones de moral, un todo incluido.
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Tomo una ducha rápida y salgo corriendo del baño envuelta en la toalla directo a elegir mi atuendo del día, siempre me visto de acuerdo con mi estado de ánimo pero hoy no puede ser así, a menos que quiera ir en pijama a la preparatoria. Me visto con lo primero que veo, desayuno rápido y me dispongo a ir caminando hasta la escuela, disfruto de ver el paisaje, aspirar el refrescante aire mañanero y escuchar el pasar de los coches a mi lado, también escucho a alguien gritando a la distancia desesperadamente mi nombre. Me giro sobre mis pies y quien más puede ser que Ruby West Hansen mi mejor amiga, está un poco loca pero es buena gente.
Llega a mi con sus últimas fuerzas y prácticamente se lanza en mis brazos sofocada tratando de hablar. —Joder llevo corriendo detrás de ti tres cuadras y no me escuchas, creo que me voy a quedar sin voz de tanto gritarte —su voz sale entrecortada por el sofoco mientras se sujeta el pecho como si le fuera a salir el corazón.
—Estaba distraída lo siento, sigamos o tendremos que escuchar las quejas de los profesores al llegar tarde. —La tomo por una mano haciendo que camine.
Sus ojos se achican un poco mientras me mira de arriba a abajo. —Hmmm —pone una de sus delicadas manos en su mentón—. ¿En qué pensabas? —saca a la luz su lado pícaro con un movimiento de cejas sugerente—, ¿algún chico lindo que robo tu mente?
La palabra "no" salió de mis labios y una cara de fastidio se le formó, siempre me preguntaba lo mismo cada vez que me ve en las nubes, nunca cambia.
Bufo con un poco de fastidio. —Sabes que no pienso en eso, tengo otras prioridades que estar gastando energía pensando en chicos —comento con gran desinterés y comienzo a caminar tomándola de la mano.
—Se nota que olvidaste que pasaría por ti a recogerte a tu casa, ¿por qué crees que vengo en esa dirección si mi casa queda en la opuesta? —Se cruza de brazos con una expresión en su rostro de falsa molestia.
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Siente Conmigo [BORRADOR]✔©
Teen FictionLa misteriosa y extraña enfermedad de Edwin Black Hemsworth cree que tiene todas sus emociones milimétricamente controladas, pero Ava Cole Thompson no es del tipo de chica que se oculta tras un libro y mucho menos deja de lado lo que siente; del odi...