Siente Conmigo [BORRADOR]✔©

44. Juegos del hambre

Ava

—¿Segura? —vuelve a repetir enarcando una ceja.

Trago grueso al imaginarlo tan cerca de mi.

Asiento y él se pone de pie para caminar hacia mi en pasos silenciosos. Me pego hacia el borde de afuera del colchón y cuando él se acuesta a mi lado mi corazón comienza a martillar con fuerza dentro de mi pecho. Se acomoda pegando su cuerpo totalmente al mío con un abrazo por mi cintura, me pongo tensa y él parece notarlo.

—Si te incomoda me puedo girar al otro lado —murmura, cerca de mi oído haciendo que toda mi piel se erice.

¿Incomodarme?

¿En qué universo estar así con él me incomodaría?

Al contrario, me gusta tanto que por eso estoy así de tensa.

—Así está bien. —Me revuelvo un poco en mi lugar y siento como mi trasero roza con su amiguito de abajo.

Oh dios, oh dios, que no cunda el pánico.

Su respiración acaricia mi nuca y cierro los ojos involuntariamente.

—Si te sigues moviendo así esto va a terminar mal. —Posa un beso demasiado embriagador en mi cuello, que me encanta completamente, su agarre hacia mi cintura es apretado levemente.

Dios, llevamos una hora si a caso de lo acordado y mira ya lo que está pasando. Caigo en conciencia de donde estoy y de que tengo a dos de mis amigos a mi alrededor, así que decido evitar completamente esta situación no vaya ser que termine esto de una manera que de seguro me gustaría pero no está bien en este momento.

—Buenas noches, Edwin —susurro rápidamente.

Por más que quiera no puedo seguirle el juego, no ahora.

Escucho su risa ronca y sexy abrirse paso en el silencio. —Buenas noches.

_

Abro mis ojos despacio gracias a la claridad que me rodea. Un felicidad extraña emana desde mi interior haciendo que sonría como una tonta. Me levanto un poco para mirar detrás de mi, y ahí está durmiendo como un ángel. En cambio yo, no dudo haber roncado o tal vez haberme babeado. Todo de él está perfectamente esculpido por los dioses, su nariz un poco respingada, sus labios rojos, su cabello desordenado le da un toque sexy, me reviso automáticamente y caigo en cuenta de que a su lado no soy más que una simple mortal, mis labios están resecos, mi pelo siento que se ha convertido en un alambre de púa...todo de mi está mal comparado con él.

Eso ahora no importa, lo importante es que dormiste con él.

Cierto, no me lo creo, dormí con él, ¡ah, que emoción!

Quito su brazo que rodea mi cintura bajo protesta de todo mi cuerpo y me pongo de pie despacio para salir a arreglarme un poco antes de que despierte, no quiero que me vea hecha un soruyo. Salgo a pasos lentos de su tienda de campaña pero antes le dedico una mirada, sigue durmiendo tranquilamente como un bebé.

Salgo a pasos rápidos de ahí, el sol está ya en el cielo y por suerte no hay nadie afuera a esta hora. Entro a mi casa de campaña para ver a las chicas dormir prácticamente apiladas unas arriba de las otras. Julia abraza a Mia y Mia tiene sus pies sobre Ruby quien tiene puestas sus chancletas aún, menudo prende el de anoche.

—Para arriba todo el mundo. —Las sacudo con uno de mis pies ganándome varios quejidos de su parte.

—¿Qué hora se supone que es? —murmura Mia y se incorpora a sentarse.