61. TE AMO

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Ava

Dolor, ¿qué es el dolor? ¿Es acaso la sensación de sentirse aplastado por el mundo, las lágrimas calientes bajando por una mejilla mientras abren surcos de tristeza?, no lo sé, hace un momento lo tenía todo claro respecto a ello en el interior de mi cabeza, pero ahora, ahora dudo del propio significado de la palabra, porque discierno de que esto que acabo de sentir en cuanto lo imagen de Edwin reclinado totalmente contra la pared en uno de los bancos del sanitario con Olivia a horcajadas sobre él mientras la sujeta por la cintura y esta mete su nariz en su cuello.

Parpadeo, la sensación se incrusta contra mis córneas, mis piernas fallan, y en el momento en que esos ojos oscuros hacen contacto con los míos no llegan a demostrar alguna emoción, menos de lo habitual, no hay la típica frase trillada de un <<no es lo que parece>> u otras excusas, silencio absoluto, y mi corazón se siente como si lo hubieran pulverizado.

Esto no es lo que habíamos acordado, ¿o sí?

Mi presencia es percibida por ella, que abriendo los ojos como platos trata de ocultar lo que hace mirándome con una sonrisa gatuna. Gira hacia Edwin y comienza a hablar. —Te dije que nos podría descubrir —murmura entre dientes como si yo no la pudiera escuchar. 

Imagino su cara de absoluto cinismo, y digo imagino porque mi cuerpo no tolera más de esa escena y salgo de ahí a todo dar con las piernas enredándoseme y el alma en la garganta. De un momento a otro todo ese dolor que estaba sintiendo pasa a ser una mezcla del mismo con la rabia. Mis pasos se vuelven más decisivos, fuertes y sonoros; abro la puerta del teatro de un golpe y algunas caras me enfocan con curiosidad, no espero un segundo y sigo avanzando a lo loco hasta llegar a mi asiento para tomar mi mochila.

Mis amigos me ven, se extrañan ante mi actitud arrugando las cejas, pero dudo que ahora mismo alguien me pueda entender.

Me llaman, sus voces en pequeños susurros que se pierden en todas las dimensiones de la habitación, los ignoro y sigo mi camino, hasta que una mano me detiene en el mismo pasillo que no volveré a ver de la misma manera que antes.

Es Ruby, sus cejas ligeramente arrugadas y labios curvados hacia abajo expresan preocupación. Da un paso para estar más cerca, arrulla sus manos con las mías, una lágrima fugaz se escapa de mi ojo derecho y habla. —¿Qué ocurre? —su pregunta va cargada de angustia, ella lo siente, sabe que hay algo porque no es para nada normal esta actitud mía.

Involuntariamente mis manos se van hacia mi rostro y lo tallan, de paso limpio alguna que otra lágrima que sigue rondando por mis cachetes avergonzados y adoloridos. —No quiero hablar de esto —respondo, soltándome de su agarre para pasar una de mis manos por una de sus mejillas—, sólo quiero…no sé que quiero, sólo déjame ir.

—Bien, llama cuando llegues a casa, dejaste a media escuela preocupada allá atrás.

—Vale —una última mirada y me doy media vuelta, mi labio inferior comienza a temblar en señal de que se avecina un fuerte llanto—. Te quiero —finalizo, y avanzo hacia la salida con la vista nublada.

Su yo igual te quiero se llega a escuchar de fondo, pero no me detengo. El sol golpea mi frente con intensidad y lo siento quemarme, nada se compara a lo que siento en este momento, estoy a punto de cruzar el portón de entrada de la institución cuando mi teléfono vibra en mi espalda, al sacarlo puedo ver la notificación emergente en la pantalla de inicio.
         

Asher:

¿Qué tal suena una salida? Claro, sólo como amigos.

Siente Conmigo [BORRADOR]✔©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora