20. Tequila y unas verdades

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Edwin

Definitivamente si hay alguien que necesita ir a terapia es esa loca, por suerte lo único que lanzó fue unas botellas de cerveza que tenía vacías, pudiera haber sido peor ¿Quién me manda a ser tan generoso?, ¿a caso fue generosidad?, las dudas existenciales comienzan a brotar desde mi interior y me van dislocando un poco. La vida es tan fácil de comprender para todos pero yo soy la excepción, en mi interior todo se complica.

Después de llegar a casa estoy en mi cama, como casi siempre. Mi cuerpo reposa aparentemente sobre la misma pero mil luchas internas sin sentido alguno para mi me consumen.

Saco de mi bolsillo derecho la caja de cigarros y el encendedor. Tomo el segundo después de sacar un cigarro de la caja y lo presiono haciendo que salga la pequeña llama de fuego que conozco desde hace tanto tiempo, ella es quien más me ayuda a liberarme. Me quedo observándola, así sumido en mis interiores hasta que veo dedo pulgar roza llama por unos segundos.

—Mierda —exclamo por todo lo alto al sentir mi dedo bajo el fuego mientras lanzo el encendedor lejos de mi.

Una vez más caigo en cuenta del vacío existencial que llevo por dentro, aunque es cuestionable porque yo creo estar bien. Lo que a muchos les pone una sonrisa en la cara yo no lo logro comprender, aún sigo sin entender las razones de las gotas saladas que se escurren por sus caras si el destino no se planteó las cosas como ellos, o esas miradas compartidas entre dos y seguidas de un te amo, ¿qué es el amor?, son preguntas que no tienen respuestas, soy indiferente a todas esas cosas, no creo sentir nada de eso.

Poso mi vista en mi ventana y la veo, como mil veces, desprende algo confuso.

No creo que pueda ser como el que resto, no tengo nada que sentir. No sé ni por qué ayudé a Ava y sus amigas.

Suena mi teléfono sobre la mesa de noche: lo miro y es un mensaje de Chase.

Chase: Se me había olvidado decirte, el sábado hay una fiesta en mi casa. No quiero excusas, vienes o y yo me encargaré de eso.

Yo: Como digas.

Chase: Siempre tan directo.

No le vuelvo a responder y me levanto de la cama. Cojo mi chaqueta oscura, un pullover carmelita y pantalones negros acompañados de unas botas del mismo color. Salgo de mi habitación dispuesto a después salir de la casa.

Ava

—¡Fumaza! —grito mientras camino por el comedor de la casa.

Sí, no encuentro a mi gata. Mi madre me tildaría de irresponsable pero no es mi culpa, los gatos son así, un día la encontré durmiendo en el platero, si mamá se enterara de eso me hubiera matado. Sabrá dios donde estará ahora, llevo cinco minutos maullando como gato para ver si aparece.

Vuelvo a llamarla pero no aparece. —Misu misu misu.

Una notificación en mi teléfono me hace desconcentrarme de mi búsqueda y lo saco de un bolsillo de mi pantalón. Es un número desconocido.

Número desconocido: Hola Ava, soy Asher, Ruby me dio tu número porque yo se lo pedí. Hoy no tuvimos tiempo de hablar para conocernos(audio)

Siente Conmigo [BORRADOR]✔©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora