Edwin
Un remolino de tantas sensaciones abordaron mi cuerpo al ver a Stella querer lazarse por aquel precipicio a causa de algo tan absurdo como sus sentimientos hacia mi. Quisiera saber en que momento del tiempo comenzó lo que acabó al punto de casi suicidarse, para poder revertirlo todo y que simplemente todo lo malo que sucedió este día se borrara, ya sea esa locura y el hecho de haberle gritado a Ava de aquella manera. Ahora, resoplo dejando caer mi cabeza en la palma de mis manos y revolviendo mi cabello mientras golpeteo mis pies contra el rechinante piso del hospital.
Unos pasos viniendo en mi dirección me hacen levantar la cabeza y ver a una de las pulcras enfermeras dirigirse hacia mi, al verla me pongo de pie con rapidez. —¿Cómo está? —le abordo rápidamente.
—Ella está bien —explica la mujer frente a mi totalmente vestida de blanco—. El examen toxicológico dio positivo, parece haber consumido una gran cantidad de cocaína y gracias a ello estuvo a punto de sufrir un paro cardíaco total —sostiene con firmeza una planilla llena de hojas y pasa sus ojos con detenimiento por ella al hablar, para luego ponerlos en mi—. ¿Sabe usted qué tan frecuente ingiere esas sustancias?
Repaso todo en mi mente. Instantes después de que Ava se marchara, Stella comenzó a hiperventilar con bastante fuerza, la vi ponerse pálida como un papel en mis brazos, abría los ojos exageradamente y se palmeaba el pecho una y otra vez tras decirme que sentía que se estaba asfixiando y sin esperar a que pasara algo más la traje al hospital inmediatamente, era obvio que le estaba pasando algo.
Con mis hombros bastantes pesados por el cansancio del día suelto una bocanada de aire por mi boca. —No sabía que ella consumía eso —le explico a la enfermera, pasando una de mis manos por mi cara—. Ella…intentó suicidarse.
La cara de la mujer frente a mi no llega a expresar nada, sólo alza la vista seguido de un suspiro y vuelve a hablar. —Un psiquiatra la debe ver —me dice, poniendo sus ojos en los míos—, por ahora se quedará esta noche en observación, mañana a primera hora le haremos algunos análisis de nuevo y el tema quedará a su libre elección debido a que es mayor de edad.
La señora culmina de hablar extendiendo sus labios y dándose la vuelta por donde vino, pero la detengo, necesito ver a Stella en este preciso momento. —¿Puedo pasar a verla? —Doy por hecho a que mi petición será denegada, aún así espero su respuesta.
Se gira hacia a medio caminar y asiente. —Puedes pasar la noche a su lado, y de paso le avisas a sus familiares lo ocurrido. —Se vuelve a voltear y comienza a alejarse a lo largo del desolado y largo pasillo.
A pasos apresurados voy hasta la habitación donde está Stella, doy un breve toque en la puerta y tras escuchar su voz un poco fañosa diciéndome que pase lo hago. La habitación de colores claros como el beige y el blanco me recibe, cubriéndome de una sensación curiosa que no sé describir bien. Avanzo hacia ella y tomo asiento en una esquina de su cama para verla directamente a los ojos y tratar de comprender algo de todo lo que pasó, pero en el instante en que voy a hablar ella me interrumpe. —Haz de pensar que estoy loca —murmura en voz baja, dandole un pequeño aleteo a sus párpados y reclinando su cabeza totalmente sobre el espaldar blanco de la cama en la que descansa.
Una de mis manos se direcciona hacia uno de los mechones de cabello que cae sobre su rostro y lo acomodan de manera sutil detrás de su oreja. —¿Desde cuándo a Stella Vargas le interesa lo que piensen los demás de ella?
Suelta aire por sus fosas nasales de forma lenta y sus ojos vuelven a chocar con los míos. —Siempre me ha importado lo que llegaras a pensar de mi, ¿a caso crees que en realidad visto todos esos vestidos y zapatos deslumbrantes para estar solamente en casa?, no Edwin, lo hacía para que siempre me vieras bonita y así quizás algún día te enamoraras de mi, porque yo lo estoy de ti desde el primer día que te vi sentado en esa silla de la terapia grupal —sus ojos se cierran lentamente, vuelve a hablar en un susurro casi inaudible—. Dios, que bien se siente decirlo…
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Siente Conmigo [BORRADOR]✔©
Teen FictionLa misteriosa y extraña enfermedad de Edwin Black Hemsworth cree que tiene todas sus emociones milimétricamente controladas, pero Ava Cole Thompson no es del tipo de chica que se oculta tras un libro y mucho menos deja de lado lo que siente; del odi...